La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias y, cuando se eleva demasiado, se le llama hipertensión. Esta afección es el principal factor de riesgo para que una persona se enfrente a una enfermedad cardiovascular, asegura la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Este es un padecimiento que normalmente no genera síntomas, por lo que muchas veces las personas no saben que sufren de la tensión. Por esta razón, la recomendación de los expertos es medirla de forma periódica con el fin de evitar que la situación se complique.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que esta es una enfermedad que en muchas ocasiones produce daños cardíacos graves, debido a que el exceso de presión endurece las arterias, lo que hace que baje el flujo de la sangre y oxígeno que llegan al corazón. Esta es una de las razones por las que se pueden presentar las siguientes afecciones.
- Dolor torácico, más conocido como angina de pecho.
- Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón.
- Ritmo cardíaco irregular, que es posible que derive en muerte súbita.
Según la OPS, un alto consumo de sal, baja ingesta de frutas y vegetales, uso nocivo del alcohol e inactividad física son los principales factores de riesgo para que la presión arterial se eleve y se padezca de hipertensión.
Este organismo indica que la presión arterial alta combinada con el uso de tabaco, obesidad, diabetes o colesterol alto, aumenta aún más el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular.
Importancia de la alimentación
Para prevenir el desarrollo de esta afección es determinante la alimentación y uno de los aspectos a tener en cuenta es el consumo de sodio. La Fundación Española del Corazón indica que hay evidencia de que reducir la cantidad de sodio en la dieta baja la presión arterial.
“La sal es necesaria en el organismo en pequeñas dosis, pero si se sobrepasa la cantidad adecuada se puede producir retención de líquidos y aumento de la presión arterial. Necesitamos 1,25 gramos de sal al día y tenemos que tratar de mantener su ingesta por debajo de los 6 gramos diarios”, precisa la citada fuente.
La forma más fácil de reducir la sal en la dieta es no añadirla a los alimentos; los productos frescos suelen tener una concentración de sal más baja que los preelaborados o precocinados. De acuerdo con esta institución, de mayor a menor contenido, los alimentos más ricos en sal son: cubitos de caldo, sopas comerciales, bacalao salado, tocino de cerdo, caviar, pizzas, tocineta, precocinados, queso azul, jamón, aceitunas, papas fritas y embutidos.
En la dieta deben incluirse alimentos como frutas, verduras, cerelaes integrales y pescados grasos que aporten ácidos Omega-3, nutriente clave en este proceso. El instituto Mayo Clinic indica que estos ácidos pueden reducir la inflamación en el cuerpo, la cual daña los vasos sanguíneos, lo que es posible que derive en enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Ácidos Omega-3
Uno de sus beneficios es precisamente reducir la presión arterial y por ello la recomendación es comer al menos dos raciones de pescado a la semana.
El estudio titulado Omega‐3 Polyunsaturated Fatty Acids Intake and Blood Pressure: A Dose‐Response Meta‐Analysis of Randomized Controlled Trials, asegura que dosis de ingesta de ácidos grasos Omega 3 superiores a los tres gramos al día recomendados pueden asociarse con beneficios adicionales para reducir la presión arterial entre los grupos con alto riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En la lista de pescados grasos que son fuente de estos ácidos se encuentra el atún, el cual puede consumirse tanto fresco como en lata, preferiblemente si es en agua. Este es un alimento que además le aporta al organismo otra serie de nutrientes que resultan saludables y que ayudan a prevenir el desarrollo de diferentes afecciones. Otros pescados que contienen Omega-3 son: salmón, sardinas, caballa, bacalao, arenque y trucha de lago.
Referencias:
Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Omega‐3 Polyunsaturated Fatty Acids Intake and Blood Pressure: A Dose‐Response Meta‐Analysis of Randomized Controlled Trials.
Fundación Española del Corazón