Enfermedades como la obesidad, el sobrepeso, la diabetes, el hígado graso y ciertos tipos de cáncer están estrechamente vinculadas con la mala alimentación, especialmente el consumo excesivo de azúcares refinados. Por esta razón, es crucial limitar la ingesta de estas sustancias para prevenir el desarrollo de enfermedades graves que pueden ser fatales.
Según Mejor con Salud, el azúcar refinado afecta la función metabólica, alterando los procesos mediante los cuales el cuerpo genera energía interna. Por lo tanto, los expertos recomiendan moderar su consumo, excepto en casos particulares, como el de algunos deportistas que requieren azúcares para lograr un óptimo rendimiento físico.
Sin embargo, para muchas personas resulta difícil controlar el consumo de azúcares refinados, ya que a menudo experimentan la necesidad de satisfacer sus antojos de algo dulce. Esto se debe en gran medida a que el azúcar refinado mejora el sabor de los alimentos, haciéndolos más apetitosos.
¿Qué le pasa al cuerpo cuando come mucha azúcar refinado?
Según un estudio de la Endocrine Society, el consumo excesivo de azúcar puede provocar la acumulación de grasa en la cintura y el vientre, lo que lleva a la recomendación de los expertos de reducir su ingesta durante un período determinado.
Los especialistas advierten que el azúcar es un alimento alto en calorías y carece de nutrientes como vitaminas, minerales y fibra. Estos factores pueden provocar la acumulación de grasa, especialmente en el abdomen, aumentando así el riesgo de sobrepeso.
Uno de los principales efectos del consumo excesivo de azúcar en el cuerpo es la generación de estrés pancreático. Después de su ingesta, se estimula la producción de insulina para regular los niveles de glucosa en la sangre. Si esta regulación no ocurre adecuadamente, aumenta significativamente el riesgo de desarrollar patologías graves.
“Cuando ingerimos esta variedad de glucosa con los productos comerciales, el cuerpo recibe la orden de liberar grandes cantidades de la hormona insulina (fabricada en el páncreas) para actuar rápido. Esto es el estrés pancreático, ya que se acelera un metabolismo que suele ser más lento”, señalan los expertos.
Cuando el cuerpo libera grandes cantidades de insulina de forma regular, las células pueden volverse menos sensibles a esta hormona, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Este hallazgo fue confirmado por una investigación publicada en la revista Advances in Nutrition. Por lo tanto, es esencial adoptar buenos hábitos alimenticios, ya que una vez que estas enfermedades se establecen en el cuerpo, pueden ser irreversibles aunque tratables.
No obstante, el impacto del consumo excesivo de azúcar refinada no se limita solo a la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. También se ha observado un aumento en la probabilidad de desarrollar cáncer, especialmente aquellos relacionados con el sistema digestivo.
“La glucosa constituye el combustible energético principal para los tumores, por lo que proveer a esta masa de células anómalas de azúcar simple podría ser uno de los motivos que estimulen su crecimiento”, puntualiza la fuente.
Esto no significa que deba eliminar por completo el azúcar refinado de su dieta diaria. Por el contrario, es crucial controlar su consumo, dado que los planes de alimentación excesivamente restrictivos suelen generar resultados insatisfactorios.
Reducir el consumo de azúcar también contribuye al cuidado del corazón y ayuda a controlar los niveles de triglicéridos. Los triglicéridos son un tipo de grasa que almacena calorías y puede reducir los efectos positivos del colesterol bueno en el organismo.