Controlar los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre es clave para prevenir posibles complicaciones de salud como la diabetes, enfermedad crónica que con el tiempo genera afectaciones en órganos como los riñones, el corazón, los ojos y las arterias.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), este padecimiento es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores.
El organismo descompone la mayor parte de los alimentos en azúcar (glucosa) y la libera en el torrente sanguíneo. Cuando sube el azúcar en sangre, el páncreas libera insulina. La insulina actúa como una llave que permite que el azúcar de la sangre entre en las células y se utilice como energía, destaca Mayo Clinic.
Los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo del organismo en glucosa. Esta se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar las células de diferentes tipos de tejido, proporcionando la energía que necesitan para funcionar.
Junto con la grasa, la glucosa es una de las fuentes de combustible preferidas del cuerpo en forma de carbohidratos. Las personas obtienen la glucosa del pan, frutas, vegetales y productos lácteos. Las personas necesitan los alimentos para crear la energía que les ayuda a mantenerse vivas, indica Healthline.
Aunque la glucosa es importante, es mejor consumirla de manera moderada. Los niveles de glucosa que no son saludables o están fuera de control pueden tener efectos permanentes y graves en la salud de las personas.
Es por ello, que los expertos en la salud recomiendan la ingesta de la ciruela para regular los niveles de la glucosa en la sangre. Además, se caracteriza por su sabor ácido y su consumo tiene efectos positivos para el estómago. Es popular por ser una opción saludable para incluir en la dieta diaria y mejorar la digestión.
Sobre el valor nutricional, su principal componente es el agua, seguido de los hidratos de carbono, entre los que destaca la presencia de sorbitol, de leve acción laxante. En lo que se refiere a su contenido en minerales, el más elevado es el potasio. Sin embargo, el aporte de vitaminas no es relevante, con un contenido pequeño en provitamina A (más abundante en las de color oscuro), vitamina E y K.
La Vanguardia señala otros de sus beneficios para la salud:
- Contienen minerales como el fósforo, hierro, sodio, magnesio, calcio, cobre, boro o zinc.
- Ayuda a combatir la anemia, debido a su contenido en hierro y vitamina C.
- Los flavonoides que contiene ayuda a combatir los radicales libres.
- Tiene un contenido alto de fibra y de agua.
- Ayuda a mejorar los síntomas de algunos trastornos intestinales.
- Ayuda a facilitar la digestión de los alimentos.
- Contribuye a la protección de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y arteriosclerosis.
- Ayudan al cuidado de los ojos.
- Previenen la formación de coágulos de sangre.
- Ayuda a depurar el hígado, los intestinos y los riñones.
- Ayuda a eliminar toxinas del organismo.
La infusión que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre
Té verde
Según el portal Healthline, algunos de los compuestos en esta bebida han demostrado que estimulan la absorción de glucosa en las células del músculo esquelético, reduciendo, por lo tanto, los niveles de azúcar en la sangre.
“Una revisión de 17 estudios de los que participaron 1.133 personas con y sin diabetes encontró que la ingesta de té verde redujo significativamente los niveles de azúcar en la sangre en ayunas y la hemoglobina A1c (HbA1c), un marcador del control a largo plazo del azúcar en sangre”, precisa la citada fuente. La recomendación es beber de tres a cuatro tazas de té verde al día para obtener los beneficios en torno a esta afección.