El laurel es una planta medicinal muy conocida en la gastronomía por su sabor y aroma característicos. Su nombre científico es ‘Laurus nobilis’ y, según la Fundación Española de la Nutrición, se trata de una planta que ayuda al sistema digestivo, gracias a que estimula el apetito, las secreciones digestivas y los movimientos intestinales, facilita la digestión, mejora y previene la acidez estomacal y los espasmos intestinales.
De acuerdo con un artículo publicado por Tua Saúde, las hojas de laurel se destacan por ser antifúngicas, antisépticas, antioxidantes e incluso expectorantes.
Por ejemplo, al estar compuesto de cineol tiene una propiedad antioxidante que neutraliza los radicales libres que dañan las células del cuerpo. Además, este efecto puede reducir el colesterol LDL que al ser considerado por la Clínica Mayo ‘una sustancia cerosa’ se acumula en las arterias e incita al desarrollo de problemas cardíacos.
Por otra parte, el consumo de laurel puede ayudar a regular el azúcar en la sangre, reduciendo el riesgo de diabetes, una enfermedad que para la Organización Mundial de la Salud (OMS) es metabólica y crónica y daña algunos órganos del cuerpo como los riñones y los ojos.
Sin embargo, se debe tener cuidado porque su consumo excesivo podría tener otros efectos. Así como regula la glucosa, también la podría disminuir, incitando a una hipoglucemia, es decir, una afección en la cual los índices de azúcar en el torrente sanguíneo son muy bajos, lo que provoca dolores de cabeza, irritación, palpitaciones, sudoración y cansancio, entre otros síntomas.
Las hojas de laurel también podrían ayudar a regular la frecuencia cardiaca, la presión arterial, y por lo tanto, la circulación sanguínea.
Otros beneficios
Asimismo, su propiedad antiinflamatoria es útil para calmar síntomas producto de enfermedades como la artritis, que de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es una patología que reúne más de 100 tipos de afecciones reumáticas, “siendo la artrosis la más común”. Es entonces que los síntomas más destacados son inflamación, dolor y rigidez, entre otros.
Su acción expectorante también puede ser ideal para combatir afecciones respiratorias como los resfriados y la bronquitis porque según Tua Saúde elimina “el exceso de flema y mucosidad”.
En el caso del sistema urinario se supone que el laurel puede reducir el riesgo de cálculos renales, los cuales, según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, “son trozos de un material sólido” que se forman tras la concentración de minerales en la orina.
Además, gracias a su alto contenido en ácido fólico, es recomendado para sobrellevar los síntomas del embarazo.
Por otra parte, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina y los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., el laurel está compuesto de antioxidantes que contribuyen a evitar el envejecimiento prematuro y mantienen la piel firme.
Para preparar el té de laurel, según el portal Tua Saúde, es necesario tener tres hojas de laurel secas y una taza de agua hirviendo.
Preparación:
1. Hervir agua y colocar las hojas de laurel en ella.
2. Bajar del fuego y dejar reposar alrededor de 10 minutos.
3. Beber inmediatamente. Si se siente la necesidad, endulzar un poco.
Contraindicaciones del laurel
En el caso del laurel, al igual que ocurre con otras plantas empleadas en fitoterapia, siempre hay que consultar previamente con un experto la dosis y periodicidad con la que debe tomarse debido a sus posibles contraindicaciones y efectos adversos.
Si se consume en exceso, el laurel puede provocar vómitos y náuseas. Por tanto, las personas que padecen úlceras o gastritis deben evitarlo.
Respecto a su uso tópico, puede producir dermatitis de contacto y reacciones alérgicas asociadas a la exposición solar de la zona en la que se haya aplicado algún gel o aceite preparado a base de laurel.
Adicionalmente, si esta bebida se consume en exceso puede causar somnolencia, dado que esta planta posee efecto calmante y es capaz de desacelerar el sistema nervioso, puede ocasionar alteraciones gastrointestinales, cólicos abdominales y dolor de cabeza cuando es consumida en grandes cantidades.