Las sardinas son conocidas como “pescados azules”, denominados así por cuenta de la gran cantidad de grasa que contienen. Esto, sin embargo, no quiere decir que sean malas para la salud. Por el contrario, pueden aportar una gran cantidad de vitaminas y nutrientes que el organismo humano necesita para funcionar bien.
De hecho, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México hizo una publicación en la cual destaca la importancia de incluir las sardinas en la dieta y las catalogó como uno de los pescados más nutritivos disponibles en el mercado.
Entre otras cosas, informó que las sardinas pueden prevenir “la anemia (disminución de hemoglobina) al ser baja en calorías y poseer vitaminas A, B y D, además de minerales: calcio, fósforo, potasio, zinc, yodo, hierro y magnesio”.
La autoridad de agricultura de México también señaló que es un alimento que contiene altos niveles de proteínas, que son claves para mantener los músculos saludables, el crecimiento celular y la buena salud de los tejidos.
Y resaltó que contiene varias vitaminas del grupo B. Por un lado, advirtió que incluye vitamina B12, esencial para distintos procesos y útil para evitar problemas estomacales. Además, aporta vitamina B6, que podría ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades como depresión y asma, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.
A su vez, señaló que las sardinas pueden ser muy útiles para reducir “el colesterol, ventaja que contribuye a evitar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, tales como: ataques al corazón, trombosis (coágulos de sangre en las venas), entre otras”.
En el mismo sentido se ha pronunciado la Clínica Mayo, una institución médica de Estados Unidos, que ha resaltado la importancia de los pescados azules o grasos.
De acuerdo con esa fuente, estos alimentos tienen “altos niveles de ácidos grasos omega-3, que pueden reducir los triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre, así como reducir la presión arterial y el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos. En las personas que ya han tenido ataques cardíacos, los ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo de muerte súbita”.
A su vez, indicó que los ácidos grasos omega-3 no afectan los niveles de colesterol LDL, también conocido como colesterol malo. No obstante, sostuvo que organizaciones como la American Heart Association tienen en cuenta los múltiples beneficios de estos ácidos para el corazón, con lo cual recomiendan comer cerca de dos porciones de pescados cada semana.
La Clínica Mayo agregó que puede evitarse la inclusión de aceites o grasas poco saludables si los pescados azules se cocinan al horno o se asan.
De otro lado, el portal Eroski Consumer, dedicado a entregar información confiable a los consumidores de alimentos, detalló que las sardinas contienen cerca de ocho gramos de grasa por cada porción de 100 gramos. Los ácidos grasos que contienen, señaló el portal, podrían mejorar el flujo de sangre en las venas y reducir el riesgo de que las personas sufran de condiciones como la aterosclerosis y la trombosis.
“La sardina contiene también cantidades significativas de vitaminas liposolubles como A, D y E. La primera contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos del cuerpo. Favorece la resistencia frente a las infecciones y es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna”, indicó Eroski Consumer.
A su vez, concluyó que las sardinas que vienen enlatadas pueden aportar niveles importantes de calcio debido a que contienen su espina. Puntualmente, el portal resaltó que podría incluir hasta 314 miligramos de calcio por cada porción de 100 gramos.
“El inconveniente que presenta la sardina para la salud se limita a quienes padecen hiperuricemia o gota, dado su contenido en purinas que en el organismo se transforman en ácido úrico”, puntualizó Eroski Consumer.