La Real Academia Española define la concentración como “la acción y efecto de centrar intensamente la atención en algo”. Sin embargo, esto puede costarles a muchas personas, afectando el normal desarrollo de sus actividades.

Tener una buena capacidad de concentración les ayuda a los individuos a ser más efectivos a la hora de realizar cualquier tarea. “Las bondades de tener una buena concentración son muchas: aumentan nuestra memoria, nuestra efectividad en la toma de decisiones, nuestra precisión y nuestra agilidad en el reto que tengamos entre manos”, asegura el portal Psicología y Mente.

De acuerdo con este sitio web, tener una buena concentración está ligado a poder retener y recordar mejor, lo que está también relacionado con tener una memoria fluida.

Los expertos aseguran que las estrategias básicas para concentrarse están vinculadas a dos aspectos fundamentales: evitar distractores externos y contar con un estado mental con un nivel de activación adecuado para mantener la focalización en la tarea durante cierto tiempo.

Así las cosas, existen algunas estrategias que pueden ayudar en el logro de este objetivo.

1. Descansar lo suficiente. Dormir las horas necesarias proporciona la recuperación cerebral y cognitiva que se requiere para poder rendir al día siguiente. En el tiempo que la persona duerme, el cuerpo “resetea” ciertas funciones, preparándose para procesar mejor la información y los estímulos al día siguiente. Cuando una persona está cansada o ha dormido mal, el cerebro se resiente y los procesos mentales asociados a la memoria y la focalización no pueden rendir al 100 %.

2. Utilizar bolígrafo y papel. Si se escribe a mano, el cerebro hará un esfuerzo superior para concentrarse y recordará más fácilmente los datos y apuntes que salgan del puño y letra, según indica Medical Daily. Una mejor concentración cuando se redactan las ideas es un apoyo para la memoria a largo plazo.

3. Manejar el estrés. Psicología y Mente asegura que para que la mente pueda realizar una actividad cognitivamente demandante durante un rato se necesita un estado mental que no sea ni excesivamente relajado y tampoco tan activo.

4. Jugar ajedrez. Este juego exige una gran capacidad de concentración para analizar cada situación que se produce en el tablero, tomar decisiones acertadas y anticiparse a los movimientos del rival, según lo concluyó un estudio publicado en el sitio web científico Science Direct.

5. Iniciar actividades escuchando música. De acuerdo con información de la Universidad Sergio Arboleda, la música estimula la actividad cerebral y cognitiva. Sin embargo, en el desarrollo de las labores lo recomendable es evitar sonidos de fondo, ya que estos pueden distorsionar la calidad de retención.

6. Alimentación sana. Es importante tener en cuenta que no alimentarse bien puede afectar la atención o hacerlo en exceso puede causar indigestión o sueño. También es importante mantenerse hidratado.

7. Evitar distracciones. Evitar que estímulos externos e indeseados generen distracción es clave. Por ejemplo, si una persona está estudiando, lo ideal es que lo haga en silencio, con una luz adecuada, y, por supuesto, sin el televisor u otra distracción similar de fondo.

Por esta razón, si la persona quiere focalizarse al 100 % en una tarea, es bueno buscar un espacio cómodo y sin distractores. También es interesante que la temperatura del espacio en cuestión no sea ni demasiado fría, ni demasiado calurosa. En cuanto al ruido, hay personas que pueden mantener la concentración estando expuestas a este, siempre que no sea muy fuerte y sea monótono, pero no es lo habitual.

8. Dibujar mientras se está en clase. Cuando un estudiante está en una clase magistral o conferencia, es recomendable hacer pequeños dibujos en un cuaderno o una agenda, según afirma un estudio publicado en la revista Time.

9. Planificar la rutina. Los especialistas aseguran que no hay nada que afecte tan negativamente la concentración como una rutina desorganizada y caótica. Es necesario planificar y ordenar las prioridades del día a día. Si se cuenta con el tiempo indicado para cada tarea, se evitan el estrés y los inconvenientes. Si la persona sabe exactamente qué tiene que hacer y cómo, la tarea se vuelve más sencilla y el resultado será exitoso.

10. Caminar y hacer números. Caminar es uno de los ejercicios más saludables para el organismo y una práctica ideal para mejorar la concentración. A medida que se camina, se pueden ir contando los pasos en diferentes secuencias: de cinco en cinco, de diez en diez, de cien en cien, etc. Así se logra estar más atento llevando a que la concentración y la memoria trabajen al tiempo.