La sordera, conocida en la medicina como hipoacusia, es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos, así la define MedlinePlus, un servicio de información en línea provisto por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que para 2050 está previsto que haya casi 2.500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición y que al menos 700 millones requieran rehabilitación.

Algunos sonidos que parecen demasiado fuertes en un oído, dificultad para seguir conversaciones cuando dos o más personas están hablando, dificultad para oír en ambientes ruidosos, dificultad para diferenciar sonidos agudos (por ejemplo, “s” o “th”) entre sí, menos problemas para escuchar las voces de los hombres que las voces de las mujeres y voces que suenan entre dientes o mal articuladas son algunos de los síntomas más comunes que pueden presentarse con el desarrollo de esta enfermedad.

La entidad describe que hay otros síntomas menos comunes, pero que se podrían presentar: sensación de estar sin equilibrio o mareado (más común con la enfermedad de Ménière y el neuroma acústico), sensación de presión en el oído (en el líquido detrás del tímpano) y ruido o zumbido en los oídos (tinnitus).

El tinnitus afecta entre el 15% y el 20% de la población, en promedio. | Foto: Referencia Pexels

Hay dos tipos de hipoacusia: conductiva y neurosensorial. Sobre la primera, MedlinePlus explica que “la hipoacusia conductiva ocurre debido a un problema mecánico en el oído externo o el oído medio”, y señala que puede ocurrir por dos razones:

  1. Los tres minúsculos huesos del oído (osículos) no están conduciendo el sonido apropiadamente.
  1. El tímpano no está vibrando en respuesta al sonido.

Acumulación de cera en el conducto auditivo externo, daño a los pequeñísimos huesos (osículos) que están justo detrás del tímpano, líquido que permanece en el oído después de una infección auditiva, objeto extraño alojado en el conducto auditivo externo, agujero en el tímpano y cicatriz en el tímpano a raíz de infecciones repetitivas son algunas de las causas de la hipoacusia conductiva, las cuales se pueden tratar, explica el servicio estadounidense.

Entre tanto, la hipoacusia neurosensorial se presenta “cuando las diminutas células pilosas (terminales nerviosas) que transmiten el sonido a través del oído están lesionadas, enfermas, no trabajan apropiadamente o han muerto”. La entidad explica que, con frecuencia, este tipo de hipoacusia no se puede revertir.

El neuroma acústico, la hipoacusia relacionada con la edad, las infecciones infantiles –como meningitis,paperas, fiebre escarlatina y sarampión–, la enfermedad de Ménière, la exposición regular a ruidos altos (por el trabajo o la recreación) y el uso de algunos medicamentos son las causas más comunes de la hipoacusia neurosensorial.

Así como puede deberse a las enfermedades, infecciones y situaciones en mención, la hipoacusia también puede ser congénita –que está presente al nacer–, debido a anomalías congénitas que provocan cambios en las estructuras del oído, trastornos genéticos –se conocen más de 400– o a infecciones que la madre le transmite al bebé en el útero, como toxoplasmosis, rubéola o herpes.

MedlinePlus señala que el oído también puede lesionarse por diferencias de presión entre la parte interna y externa del tímpano –con frecuencia a raíz del buceo–, fracturas de cráneo que pueden dañar las estructuras o nervios del oído o debido a traumatismos por explosiones, fuegos artificiales, armas de fuego, conciertos de rock y audífonos.

El oído puede lesionarse por el uso de audífonos. | Foto: Ridofranz

“Debido a prácticas de audición poco seguras, más de 1.000 millones de jóvenes adultos corren el riesgo de sufrir una pérdida de audición evitable y permanente”, acota la OMS.

La acumulación de cera en los oídos es una de las causas de la hipoacusia que se pueden tratar en casa, en las farmacias venden jeringas de oído que se pueden emplear con agua tibia, eso sí, con el mayor de los cuidados. En caso tal de que esta acción no contribuya en el retiro de la cera que está causando sordera, es mejor acudir al médico para que realice un lavado de oídos en el centro asistencial.

La entidad explica que de tratarse de un objeto que esté atorado en el oído, puede ser retirado en casa si es de fácil acceso, de lo contrario, es mejor asistir a un centro de salud. “No use instrumentos puntiagudos para extraer cuerpos extraños”, advierte.

Como con toda afección de salud, lo mejor siempre será acudir al médico en caso de presentar cualquiera de los signos y síntomas ya descritos.

La Organización Mundial de la Salud explica que en el mundo, 1.500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de audición, de las cuales cerca de 430 millones necesitan servicios de rehabilitación.