El agua de coco es el líquido que se encuentra dentro de los cocos verdes y su consumo trae consigo muchos beneficios para la salud, como nutrientes y antioxidantes que ayudan a eliminar toxinas que le hacen daño al organismo.
Este proceso se logra gracias a la estimulación que provoca el agua de coco en los riñones ya que cuando la orina es abundante, existen menos posibilidades de desarrollar enfermedades como los cálculos renales o piedras en los riñones.
El agua de coco es rica en hidratos de carbono y electrolitos como el potasio, el sodio y el magnesio. Debido a esta composición de electrolitos, hay mucho interés en utilizar el agua de coco para tratar la deshidratación y prevenirla.
El líquido se encuentra rodeado por una cáscara gruesa con una capa externa parecida al cuero e impermeable. Debajo posee otra fibrosa, que al secarse adquiere un aspecto peludo, se puede beber el agua que guarda en su interior o se puede comer la pulpa fresca y de esta se pueden obtener aceite, leche y harina.
El portal de salud El Poder Del Consumidor, reseña un estudio en el que se confirma que México ocupa el octavo lugar a nivel mundial en la producción de coco, la cual ocurre en diversos estados de ambos litorales, principalmente Guerrero y Michoacán.
El mismo medio asegura que el agua de coco contiene una gran cantidad de minerales, como potasio, magnesio, cobre, hierro y vitaminas, que ayudan a mantener nuestra salud, e incluso la vitamina C que ayuda a limpiar el cuerpo de bacterias y fortalece el sistema inmunológico.
El coco es muy bajo en grasa y al ser un excelente hidratante se tiene una mejor digestión tras su consumo ya que ayuda al funcionamiento adecuado del riñón, además su alto contenido de potasio y otros electrolitos promueve una adecuada presión arterial, contribuyendo a prevenir enfermedades del corazón, asegura el portal.
Según un estudio publicado en The Philippine Journal of Cardiology, “el 75% de las grasas del coco son saturadas, del tipo que se asocia al colesterol elevado, pero su riqueza en ácido láurico produce que no solo no eleve el colesterol malo, LDL, sino que lo reduce y aumenta el bueno, HDL”.
El coco es calórico, ya que 100 g de la fruta cruda aportan al rededor de 342 calorías que proceden de sus grasas saturadas (34%). Es pobre en hidratos de carbono (4,8 g por 100 g) y en proteínas (4,2 g en 100 g), aunque notable en fibra (8 g).
También, si se consume adecuadamente el agua de coco trae beneficios a los huesos, uñas y dientes y es es remineralizante, por lo que se recomienda su consumo en los niños en crecimiento, para madres que amamantan o personas embarazadas.
De igual forma, consumir agua de coco ayuda a mejorar la vista, ya que en el agua de coco está presente la vitamina A, que es necesaria para las funciones de la vista por lo que consumir esta bebida impulsará a que se mantenga sana.
Este líquido natural ayuda a calmar el cuero cabelludo y prevenir la descamación, por lo que el portal experto en belleza y moda Vogue aseguró que se puede añadir a la rutina de cuidado personal usándolo hasta dos veces por semana cuando se lava el cabello.
El agua de coco contiene citoquinina que promueve la regeneración celular, contribuyendo a evitar el envejecimiento de la piel y el pelo. El agua de coco es 95 % agua, pero también contiene importantes nutrientes como minerales, vitaminas, azúcares, aminoácidos y fitohormonas.
Una taza de agua de coco contiene más potasio que un plátano. El potasio regula el ritmo cardíaco y mejora la función de los músculos. Además, mejora el rendimiento de los electrolitos del sistema nervioso y el rendimiento cognitivo. Por esta razón, el cerebro estará lleno de energía, tendrá mejor resistencia y una recuperación física integral.