El higo es una fruta rica en nutrientes y que brinda importantes beneficios para la salud. Sus componentes lo convierten en un alimento apropiado para incluir en la dieta, con el fin de aprovechar sus virtudes curativas.
Esta fruta destaca sobre todo por su aporte de fibra, componente necesario para mantener la buena digestión y la salud cardíaca. Sin embargo, también contiene una cantidad importante de antioxidantes que ayudan a frenar la acción de los radicales libres y de esta forma prevenir el envejecimiento prematuro y diferentes enfermedades.
Los higos, según el portal Cuerpo Mente, son ricos en potasio, que es el mineral más abundante en esta fruta; también tiene calcio, magnesio, fósforo, hierro y manganeso. Este último mineral participa en la formación de huesos y tejidos, en la coagulación de la sangre, en las funciones de la insulina y en la síntesis del colesterol.
En cuanto a vitaminas, contienen la K, y si son frescos y no secos son ricos en algunas del grupo B, como B1, B5 y B6. El aporte de fibra, alrededor de tres gramos por cada ración de 100 gramos, es su característica nutricional más destacable, incluyendo las solubles e insolubles.
Por ser una fruta tan dulce y jugosa puede parecer que el higo tiene muchas calorías; sin embargo, si se consume fresco, su aporte calórico no es elevado (74 calorías en 100 gramos); no obstante, si se ingiere seco, las calorías pueden aumentar a 249 en la misma cantidad.
Adicionalmente, su porcentaje de grasas y proteínas es mínimo, según informa la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO).
El poder curativo
Sus propiedades los hacen ideales para la prevención de algunas enfermedades como la relacionada con la presión arterial o el cáncer, reducen el riesgo de padecer de problemas cardiovasculares y protegen contra la degeneración macular, asegura el portal Higos and Figs.
Un artículo del diario La Vanguardia indica que las fibras solubles de esta fruta ayudan a controlar los niveles de colesterol y de glucosa en la sangre y contribuyen a regular el tránsito intestinal. Su fibra soluble más importante es la pectina, que ayuda a reducir los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre. Esto lo sustenta un documento académico de la Universitat de les Isllas Ballears, de España, que señala que el alto contenido de fibra del higo contribuye a reducir los niveles de esta sustancia, de manera indirecta.
Gracias a la fibra, también pueden ayudar a controlar el peso debido a su efecto saciante y un leve poder laxante. Comer dos o tres higos antes de la comida reduce el apetito; además, sus azúcares naturales ayudan a reemplazar los postres y los antojos de dulce.
Por otro lado, los higos contienen cantidades importantes de omega 3 y 6 que, junto con el potasio, permiten combatir diferentes problemas de salud relacionados con el sistema cardiovascular. Por ejemplo, en los casos de hipertensión arterial, riesgo de ataque cardíaco o problemas coronarios, entre otros.
Ayuda a prevenir la diabetes
Si bien es cierto que el higo es un alimento que contiene azúcares naturales, los estudios han demostrado que las personas que lo consumen con regularidad tienden a presentar niveles de azúcar en la sangre más controlados, en comparación con quienes no lo consumen, asegura el portal Mejor con Salud.
En general, este fruto, junto con sus hojas, reduce la necesidad de insulina. Sin embargo, las personas diabéticas deben consultar con el médico antes de incluir el higo dentro de su dieta.
Otra de las bondades que se ha popularizado es que son un buen alimento para prevenir y reducir la anemia. Hay quienes afirman que el color profundo del fruto se debe en gran parte a su alto contenido de hierro, componente esencial en el tratamiento de esa enfermedad. Sin embargo, falta investigación científica que avale este beneficio.
El consumo regular de higos previene la degeneración macular, indica el artículo de La Vanguardia. Comer, por lo menos, de dos a tres porciones al día puede reducir y combatir significativamente este problema que afecta especialmente a los adultos mayores de 60 años.
El portal Cuerpo Mente indica que los minerales contenidos en esta fruta, en especial el calcio (35 miligramos por cada 100 gramos) y el magnesio (17 mg/100 g), la convierten en una buena opción para mantener en buen estado los sistemas nervioso y músculo-esquelético.
Por último, un compuesto denominado psoraleno se emplea con éxito en el tratamiento de afecciones cutáneas como eccemas o psoriasis.