La valeriana es una planta medicinal que ha sido utilizada hace años por sus propiedades calmantes, sedantes y relajantes. Sin embargo, las hierbas no son reguladas ni probadas como los medicamentos.
De todos modos, la empresa de análisis de información global y edición técnica y soluciones clínicas, Elsevier Español, señaló en un documento que la valeriana “se ha utilizado para combatir el dolor de cabeza, en cólicos intestinales, dolores reumáticos, dismenorreas. Por vía tópica en cortaduras, pequeñas inflamaciones y para el acné. La medicina tradicional china incluye además su utilidad en resfriados, contusiones y problemas de la menstruación”.
Además, indicó que “la composición química de la raíz de valeriana incluye principalmente sesquiterpenos e iridoides, todos ellos compuestos de naturaleza terpénica”.
Además de los compuestos citados, la raíz de valeriana contiene glúcidos, almidón, ácidos grasos, ácidos fenólicos, GABA, glutamina y arginina, trazas de alcaloides, resina, flavonoides, triterpenos y aceite esencial (0,3-2 %) rico en monoterpenos (borneol y sus ésteres, canfeno y pinenos) y que también contiene sesquiterpenos (además de los citados anteriormente, cariofileno, cadineno, etc.)
Una de las formas para obtener los beneficios es realizando un té y para este se deben hervir 300 ml de agua y agregar una cucharada de raíz seca de valeriana, según explica el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde.
Adicional, existen cápsula de valeriana que se pueden conseguir en tiendas de productos naturales.
La valeriana es una planta segura para la mayoría de los adultos, cuando se consume en las dosis recomendadas y durante un corto período de tiempo, pero cuando se consume en cantidades excesivas puede causar algunos efectos secundarios, que incluyen dolor de cabeza, dolor de estómago, irritabilidad, agitación o insomnio.
De igual forma, indicó que la valeriana no se debe utilizar en niños menores de 3 años, mujeres embarazadas o en período de lactancia. Asimismo, la valeriana tampoco debe ser usada en personas que utilizan medicamentos para la ansiedad o la depresión o que toman analgésicos como codeína, morfina o tramadol; relajantes musculares, como ciclobenzaprina, o anticonvulsivos, como fenobarbital o pentobarbital, por ejemplo.
“En cuanto a advertencias especiales, precauciones o interacciones con otros medicamentos, tampoco se cita ninguna precaución o interacción”, explicó Elsevier Español.
Cómo elegir y usar hierbas medicinales de manera segura
Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Estados Unidos, en su portal web señaló que “natural” no quiere decir seguro, ya que es importante saber que:
- No son reguladas como los medicamentos.
- No necesitan someterse a estrictas pruebas antes de venderse.
- Es posible que no funcionen como se anuncia.
- Las etiquetas no necesitan aprobación. Podrían no mostrar la cantidad correcta de un ingrediente.
- Algunas hierbas medicinales pueden contener ingredientes o contaminantes no mencionados en la etiqueta.
Adicional, se debe tener en cuenta que:
- Si algo es demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo sea. Por ello, hay que poner atención a las afirmaciones hechas acerca del producto. ¿Cómo se describe el producto? ¿Es una píldora “milagrosa” que “desaparece” la grasa? ¿Funcionará más rápido que el cuidado normal? ¿Es un secreto que su proveedor de atención médica y las compañías aseguradoras no quieren que sepa? Tales declaraciones son señales de alerta.
- No usar remedios herbales sin hablar primero con el proveedor y en especial si se está tomando cualquier medicamento.
- No se deben utilizar si se va a tener una cirugía.
Por tal razón, antes de consumir alguna planta o alimento, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.