El zinc está presente en las células de todo el cuerpo y es de suma importancia cuando se habla del sistema inmune del los seres humanos, pues ayuda a luchas contra las bacterias y los virus que lo atacan.
Además, es esencial para producir ADN (el material genético de las células) y las proteínas. Durante el embarazo, la infancia, la niñez y la adolescencia, el cuerpo necesita el zinc para crecer y desarrollarse bien.
Dependiendo de la edad, se necesitará consumir cierta cantidad de este elemento, con el fin de evitar consecuencias negativas, entre las que se encuentran la pérdida de los sentidos del gusto y el tacto, retraso en la cicatrización y problemas para recordar.
¿Cómo saber si se tiene deficiencia de zinc?
De acuerdo al portal hmsdmanuals.com, uno de los primeros síntomas de la carencia de este elemento es la inapetencia y si se trata de los bebés, ello pueden presentar retraso en el crecimiento y en el desarrollo.
Algunas veces se puede presentar una pérdida de cabello por zonas, las heridas pueden tratar demasiado en cicatrizar y el sistema inmunitario no funciona de forma adecuada, presentándose muchas infecciones en el cuerpo.
En los hombres, la producción de esperma disminuye, mientras que en las mujeres embarazadas el bebé puede pesar menos de lo esperado al nacer o nacer prematuramente.
¿Por qué es necesario consumir zinc?
Son múltiples los beneficios que puede traer al organismo la ingesta de este elemento y de acuerdo a la información dada por el portal medlineplus.gov, estos son algunos de ellos:
- Controlar la diarrea: la ingesta de zinc reduce la duración y la gravedad de la diarrea en los niños, en especial si presentan síntomas de desnutrición.
- Ayuda a controlar la enfermedad de Wilson; el zinc mejora los síntomas de esta condición, ya que bloquea la cantidad de cobre que se absorbe y aumenta la cantidad de cobre que libera el cuerpo.
- La ingesta de zinc parece ayudar a mejorar los síntomas de la acrodermatitis enteropática.
- Ayuda en el tratamiento contra el acné.
- La toma adecuada de zinc, especialmente con vitaminas antioxidantes, podría ayudar a retrasar la pérdida de la visión.
- En los niños, la ingesta de zinc junto con medicamentos para el TDAH podría ayudar a reducir ciertos síntomas de esta condición.
- Tomar zinc por vía oral durante el embarazo parece ayudar a mejorar el crecimiento del bebé durante el primer año de vida.
- Chupar pastillas que contienen gluconato de zinc o acetato de zinc ayuda a acortar la duración de un resfriado en los adultos.
- Tomar zinc por vía oral o administrar zinc por vía intravenosa podría reducir la posibilidad de muerte en personas ingresadas en el hospital por COVID-19.
- Tomar zinc junto con antidepresivos parece mejorar la depresión.
- Diabetes: la ingesta de zinc podría ayudar a mejorar el control del azúcar en sangre en una pequeña cantidad en personas con diabetes.
- El uso de pastas dentales que contienen zinc, con o sin un agente antibacteriano, parece ayudar a prevenir la gingivitis.
- Reduce el mal aliento.
- Al aplicar sulfato de zinc u óxido de zinc en la piel, se reduce la duración y la gravedad del herpes labial.
- La ingesta de zinc mejora la capacidad de saborear los alimentos en la mayoría de las personas que padecen esta condición.
- Neumonía. La ingesta de zinc podría ayudar a prevenir la neumonía en algunos niños. Pero no parece ayudar a los niños que ya tienen neumonía.
- Contribuye al crecimiento y desarrollo en bebés prematuros.
Aunque son muchos los usos que se le puede dar al zinc para mejorar las condiciones de salud de las personas, lo mejor es no iniciar ningún tipo de tratamiento con suplementos que tengan este elemento sin antes haber pedido el concepto de un especialista en salud.