El amaranto no es tan conocido, en realidad, pero es un pseudocereal originario de América del Sur, el cual ha sido consumido desde la antigüedad. En ese tiempo, se consideraba un ingrediente fundamental en la dieta de antiguas civilizaciones precolombinas, como la azteca o la maya.
Además, es uno de los cultivos más antiguos de América y probablemente de la humanidad, ya que se han hallado vestigios arqueológicos en tumbas de la región andina que se remontan al año 4000 a. C., según el portal Cuerpo y Mente.
Su alto valor nutricional se ha conservado de generación en generación y actualmente es incluido en distintas preparaciones culinarias gracias a sus numerosas bondades para la salud en general. Además, tiene características similares a los cereales, pero con algunas cualidades que sobresalen más como su contenido proteico, muy similar al de las legumbres.
Vitonica señala que el grano de amaranto concentra entre 16 % y 17 % de las proteínas que poseen casi todos los aminoácidos esenciales para el organismo, excepto la leucina, que sería el aminoácido limitante en este alimento.
Su gran similitud con los granos de maíz, quinua o arroz hace que se le considere un pseudocereal. Aparte, a medida que su existencia se ha ido conociendo, su consumo se ha incrementado, ya que en su composición destacan macronutrientes y micronutrientes esenciales para el buen funcionamiento del conjunto del organismo.
El portal Mundo Deportivo señala que es un ingrediente natural de proteínas vegetales con un alto valor biológico, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales y se destaca por su elevado contenido en antioxidantes, lo cual ayuda a combatir la acción de los radicales libres, previniendo el envejecimiento prematuro de las células.
Entre sus minerales se encuentran el magnesio, el fosforo, el hierro, el zinc y el calcio. Por eso, es considerado uno de los 36 vegetales con mayor potencial alimenticio para la humanidad. Además, es fuente de buenas grasas de las cuales concentra aproximadamente 7 % y posee una elevada proporción de fibra.
Cabe resaltar que de él se pueden obtener vitaminas del grupo B muy necesarias para el organismo. Por lo tanto, es un alimento completo y nutritivo apto para celíacos al no contener gluten.
Para qué sirve
- Las semillas de amaranto contienen distintos elementos antioxidantes, además vitaminas A y C, esenciales para evitar el estrés oxidativo y el envejecimiento celular prematuro.
- La fibra que aporta el grano (y también las hojas de la planta) cumple funciones tan importantes como ayudar a regular o evitar el sobrepeso y la obesidad. Ayuda a mantener una buena salud cardiovascular, lo cual es muy beneficiosa a la hora de controlar los niveles de colesterol en sangre, gracias a la presencia de ácidos grasos insaturados, como también ayuda a la presión arterial.
- Los granos de amaranto contienen una cantidad considerable de carbohidratos, llegando a superar hasta los 60 gramos de carbohidrato por cada 100 gramos de amaranto. Por eso, es considerado un alimento energético ideal para deportistas o personas que tengan algún tipo de actividad física intensa.
- El amaranto sirve para prevenir o mejorar distintas dolencias. El calcio fortalece los huesos y previene la osteoporosis; el hierro hace que sea un buen aliado contra la anemia, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
- Por otro lado, la presencia de magnesio y fósforo contribuye a mantener en buen estado el sistema inmunológico y las conexiones del sistema nervioso.