Pese a que es común escuchar hablar acerca del omega 3 y sus múltiples beneficios, muchos desconocen exactamente de qué se trata y por ende cómo sacarle provecho.
El omega 3 es un tipo de grasa poliinsaturada que el cuerpo no puede producir por sí solo y, por lo tanto, es esencial obtenerlo a través de ciertos alimentos para fortalecer las neuronas y otras funciones importantes del organismo.
Quienes quieran obtener todas sus propiedades deben incluir en su dieta fuentes vegetales como frutos secos, semillas, aceites vegetales como el de canola o nuez y en la grasa del pescado.
Entre los alimentos con omega 3, que además son ricos en proteínas, vitaminas, antioxidantes y minerales, están las semillas de lino o chía; los frutos secos como el cacahuete y la crema de cacahuete; el aceite de soja, canola nuez, oliva y linaza; los pescados grasos como salmón, bacalao, sardinas, anchoas, arenque, caballa o atún; el aguacate, y vegetales como brócoli, rúcula y espinacas.
Según señalan los expertos, es recomendable consumir entre el 0,1 % y el 1% del aporte energético diario. Esto quiere decir que, bajo una dieta balanceada, consumir una ración de pescado dos o tres veces por semana hará que se obtenga la cantidad recomendada de omega 3.
Aunque todos los ácidos grasos omega 3 reducen el colesterol malo y debido a que son grasas poliinsaturadas tienen un efecto antiinflamatorio, lo que conlleva a que este tipo de grasa ayude a la prevención de diferentes enfermedades, existen varias clases de omega 3, entre las que está el ácido alfa linolénico (ALA), predominante en alimentos de origen vegetal; el ácido eicosapentanóico (EPA), y el ácido docosahexanoico (DHA), un componente indispensable para el correcto funcionamiento de las membranas celulares del organismo.
Ahora bien, entre las propiedades del omega 3 más destacadas están su efecto antiinflamatorio y autoinmune, lo que favorece el tratamiento de enfermedades con procesos inflamatorios, problemas cardiovasculares, así como beneficios en cuanto a frenar el proceso de envejecimiento.
Asimismo, este tipo de grasa poliinsaturada ayuda a tratar enfermedades como la artritis reumatoidea, la colitis ulcerosa o el lupus, y también a reducir el riesgo de padecer aterosclerosis, trombosis y otros problemas vasculares.
Los omega 3 también son buenos para el corazón y los vasos sanguíneos dado que ayudan a reducir los triglicéridos, un tipo de grasa en la sangre; reducen el riesgo de desarrollar latidos cardíacos irregulares (arritmias), entre otros beneficios.
Además, contribuyen a regular la coagulación sanguínea, mejoran la capacidad de aprendizaje, ayudan a combatir las alergias y el asma, disminuyen el estrés, combaten el síndrome premenstrual y la depresión, fortalecen la función cardíaca y la presión arterial, favorecen la disminución del colesterol malo y los triglicéridos, reducen la inflamación, y combaten enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o enfermedades intestinales.
Por otra parte, esta grasa esencial es útil para la pérdida de peso, mantener los niveles de testosterona y reparar el sistema inmune.