Este trastorno es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la parte social de quienes la sufren, causando problemas en la interacción social o en la comunicación con el exterior.
El trastorno del espectro autista reúne afecciones como el autismo, el síndrome Asperger, trastorno desintegrativo infantil y una forma no especificada de trastorno generalizado del desarrollo, según la entidad Mayo Clinic.
Según la sociedad, este trastorno comienza en los primeros años de vida, por lo que los niños suelen presentar síntomas en el primer año y luego “pasan por un periodo de regresión entre los 18 y 24 meses de edad”, momento en que aparece el autismo.
Uno de los primeros síntomas se evidencia en el colegio cuando los niños presentan problemas para desenvolverse en comunidad. Otro de los síntomas reconocibles es el evitar el contacto visual y no responder cuando los llaman por su nombre. Según los investigadores de la clínica, se han visto casos de niños que se desarrollan con normalidad los primeros meses, por lo que en general los signos se observan a los 2 años.
Entre algunos de los signos se encuentran:
- Resistencia a los abrazos y caricias, prefiere jugar solo.
- No habla o tiene un desarrollo tardío del habla, o pierde la capacidad que tenía para decir palabras u oraciones.
- No puede mantener o iniciar una conversación.
- Habla con tono o ritmo anormal.
- Repite palabras o frases textuales, pero no comprende cómo usarlas.
- No expresa con facilidad emociones o sentimientos.
- Presenta dificultad para reconocer señales no verbales.
De acuerdo al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades del Gobierno de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), alrededor del 1 % de la población mundial tiene algún tipo Trastorno del Espectro Autisa (TEA).
Por otro lado, cabe resaltar que algunos niños que sufren este trastorno presentan dificultades de aprendizaje, incluso algunos presentan signos de inteligencia inferiores al puntaje normal. Por otro lado, otros niños presentan una inteligencia entre normal y alta, lo que les permite aprender rápido y aplicar sus conocimientos para adaptarse a las situaciones sociales.
No obstante, las personas que padecen este trastorno tienden a realizar movimientos repetitivos, realizar actividades que pueden causarles daño, desarrollan rutinas específicas, suelen ser sensibles a la luz o el sonido, entre otras.
Sin embargo, según el estudio de la clínica, a medida que las personas crecen y maduran, estas personas suelen mostrar menos alteraciones en su comportamiento por lo que su vida suele desarrollarse con normalidad.
Por otro lado, es preciso mencionar que en caso de sospecha de este trastorno lo mejor es acudir a un especialista en el tema para que pueda brindar la asesoría necesaria, además, los síntomas de estos trastornos pueden estar vinculados con otros trastornos del desarrollo.