El herpes zóster, conocido popularmente como culebrilla, es una erupción cutánea con ampollas, la cual es dolorosa. y es causada por el virus varicella-zoster (el mismo que provoca varicela), el cual pertenece a la familia del virus del herpes.
Luego de haber tenido varicela, el virus permanece inactivo en el tejido nervioso, cerca de la médula espinal y del cerebro. Después, con el paso del tiempo, puede reactivarse como herpes zóster. Esta afección no es grave, pero puede ser dolorosa.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, a una de cada tres personas le dará culebrilla; aunque puede ocurrirle a cualquier persona; sin embargo, la vejez aumenta el riesgo de desarrollarla.
En la mayoría de los casos la culebrilla no es contagiosa, pero quien la tenga puede transmitir el virus cuando está en la fase de ampollas. Por eso, es fundamental mantener la erupción cubierta. Generalmente, la afección puede durar de 3 a 5 semanas y quienes la contraen pueden repetirla más de una vez.
Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, menciona los síntomas que incluyen esta afección:
- Dolor, ardor, entumecimiento u hormigueo.
- Sensibilidad al tacto.
- Sarpullido rojo, el cual unos días después del dolor.
- Ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras.
- Picazón.
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Sensibilidad a la luz.
- Fatiga.
En algunos casos las personas confunden culebrilla con otros síntomas, como afecciones relacionadas con el corazón, los pulmones o los riñones. Hay personas que pueden sentir dolor sin tener erupciones.
“Lo más habitual es que la erupción del herpes zóster se desarrolle como una franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso. A veces, la erupción del herpes zóster se produce alrededor de un ojo o en uno de los lados del cuello o la cara”, detalla Mayo Clinic.
Factores de riesgo
Las personas que hayan tenido varicela tienen riesgo de desarrollar culebrilla; asimismo, quienes tienen un sistema inmunitario débil como personas que:
- Tienen enfermedades del sistema inmunitario como el VIH y sida.
- Toman medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de órgano.
Tratamiento
En caso de presentar los síntomas, es importante acudir a un centro médico para recibir el tratamiento adecuado. El profesional puede recetar medicamentos antivirales para combatir la afección, el cual ayuda a aliviar el dolor y prevenir complicaciones.
Se deben seguir al pie de la letra las indicaciones del médico para aliviar la afección. “Los medicamentos son más efectivos cuando se inician dentro de las 72 horas después de sentir por primera vez el dolor o el ardor. Es mejor empezar a tomarlos antes de que aparezcan las ampollas. Por lo general, los medicamentos se suministran en forma de pastillas. Es posible que algunas personas necesiten que se les administre el medicamento por vía intravenosa (IV)”, señala Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Complicaciones
Mayo Clinic explica las cuatro complicaciones que pueden ocurrir en personas que tienen culebrilla:
- Neuralgia posherpética: luego de que haya pasado la afección, en algunas personas, el dolor puede continuar. Ocurre cuando “las fibras nerviosas dañadas envían mensajes de dolor confusos y exagerados de la piel al cerebro”, apunta la entidad.
- Pérdida de la visión: el zóster alrededor de la zona del ojo puede provocar infecciones oculares, que pueden causar una pérdida de visión.
- Problemas neurológicos: dependiendo de los nervios que afecte la culebrilla puede provocar inflamación del cerebro, parálisis facial o dificultades auditivas o de equilibrio.
- Infecciones cutáneas: en caso de que la culebrilla no tenga un tratamiento adecuado, se pueden contraer infecciones bacterianas.