Las articulaciones son las partes del cuerpo que tienden a deteriorarse con mayor facilidad. Con el paso del tiempo, rodillas, brazos, manos o pies empiezan a dolor por el uso prolongado de los cartílagos que componen la estructura ósea y muscular.

Entre las articulaciones comprometidas, están las rodillas, las cuales están compuestas por hueso, cartílago, ligamentos y líquidos. Además, cuenta con músculos y tendones encargados de la movilidad y flexibilidad de la pierna.

Cuando alguna de estas estructuras se lastima o se enferma, surgen problemas. Los problemas en las rodillas pueden provocar dolor y dificultades para caminar. Las dolencias en estas articulaciones son comunes y pueden ocurrir en cualquier momento, aunque con mayor frecuencia a llegar a la adultez mayor.

Por ser responsable para caminar, las rodillas se deterioran con facilidad. | Foto: Getty Images

A partir de la información del Instituto de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIH), la enfermedad más común que afecta los huesos de las rodillas es la artritis. El cartílago de la rodilla se desgasta gradualmente y provoca dolor e inflamación.

Las lesiones en los ligamentos y tendones también causan problemas con la rodilla, los cuales comprometen la flexibilidad y movilidad de la articulación. El tratamiento para recuperar el cartílago depende de la causa que ocasionó la afección, por lo cual el dictamen médico es esencial.

¿Cuáles son las consecuencias del cartílago deteriorado? En primer lugar hay que tener en cuenta que esas estructuras se encargan de reducir la fricción, transferir y distribuir las cargas mecánicas en distintas posiciones articulares. De igual forma, ofrece una superficie articular lubricante para que los huesos se deslicen y giren sobre otros con facilidad.

Los cartílagos de la rodillas son tejidos firmes y flexibles que protegen los extremos de los huesos en las diferentes articulaciones. | Foto: Getty Images

El cartílago articular tiene escasa o, mejor dicho, nula capacidad de curación o regeneración por sí mismo. Así pues, el desgaste del cartílago puede provocar a medio y largo plazo una artrosis y/o un deterioro funcional. Si bien una lesión o sobresfuerzo son causas principales, en verdad por condiciones naturales los cartílagos tienden a deteriorarse.

El deterioro no tratado puede provocar dolor articular invalidante, lo cual según la información de Barna Clinic es la incapacidad de realizar actividades normales. En consecuencia, el daño grande en las rodillas termina generando artrosis.

La artrosis suele comenzar con un desgaste del cartílago articular por un fracaso de los procesos de regeneración del cartílago dañado, con lo que esta estructura entra en un círculo vicioso en el que los procesos destructivos son más importantes que los procesos de regeneración y ello da lugar a que se vaya alterando la matriz extracelular del cartílago que ya no es capaz de absorber y amortiguar correctamente los impactos mecánico.

Cuando el desgaste del cartílago está presente, las personas tienden a padecer molestias e incomodidades, las cuales en un estado avanzado terminan siendo bastante dolorosos al momento de caminar o realiza cualquier actividad física.

El dolor de rodilla no solo proviene de lesiones, sino que la edad también influye. | Foto: Getty Images

Otro de los síntomas consecuentes es la inflamación, la cual puede notarse a simple vista en el área correspondiente a la rótula. Este efecto ocurre porque hay bloqueo articular ocasionado por la sobrecarga, la cual genera dolencias en meniscos y debe ser tratados antes que la situación se intensifique.

Debido a que el cartílago cumple un papel importante en el movimiento de la rodilla, al estar desgastado se puede producir dificultad para caminar normalmente o hacer movimientos cotidianos, como ponerse de pie.

Infortunadamente, el cartílago no se regenera, dado que tiene pocas células. Aunque las lesiones solo se quedan en lo muscular, por lo que no interfiere el el tejido óseo. Esto genera que, si bien no se regenera, se puede restaurar con el descanso, ejercicio y alimentación.