Una de las enfermedades que puede padecer el ser humano más graves, e incluso mortales, es el cáncer. Aunque si es detectado a tiempo, el porcentaje de esperanza de vida puede llegar a ser alto, pero si no se detecta de manera temprana, podría causar la muerte rápidamente.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, “el cáncer es una enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo. Es posible que el cáncer comience en cualquier parte del cuerpo humano, formado por billones de células. En condiciones normales, las células humanas se forman y se multiplican (mediante un proceso que se llama división celular) para formar células nuevas a medida que el cuerpo las necesita”.
A su vez, la entidad agregó que “cuando las células envejecen o se dañan, mueren y las células nuevas las reemplazan. A veces el proceso no sigue este orden y las células anormales o células dañadas se forman y se multiplican cuando no deberían. Estas células tal vez formen tumores, que son bultos de tejido. Los tumores son cancerosos (malignos) o no cancerosos (benignos)”.
Los tipos más comunes de cáncer son el de pulmón, el de piel, el de estómago, el de colon, el de páncreas, el de hueso, el de riñón, el de próstata, el de esófago, el de seno, el de vejiga, entre otros más.
Son varios los motivos por los que puede surgir un tipo de cáncer, entre los que se encuentran la alimentación, ya que una dieta insana, puede ser detonante de una afección de este tipo. Por lo tanto, mantener una dieta alimenticia saludable es de vital importancia para evitar enfermedades como el cáncer.
La baja ingesta de esta vitamina aumenta el riesgo de desarrollar cáncer
De hecho, el consumo de vitaminas y minerales puede traer grandes beneficios. Según el experto en endocrinología y nutrición, el Dr. Pedro Jesús Rozas Moreno, del portal de salud LiveMed, un estudio dejó en evidencia la mejora de la eficacia de la vitamina D en la quimioterapia y radiosensibiliza a las células tumorales. “A modo de respuesta, las células tumorales pueden desarrollar mediante diferentes mecanismos resistencia al calcitriol, para salvaguardar su proliferación. Ratones con receptor silenciado de la vitamina D (VDR) han sido más susceptibles de sufrir distintos cánceres en condiciones carcinógenas (oncogenes, pérdida de antioncogenes y luz ultravioleta UVB)”.
En los estudios observacionales exponen la relación entre la baja ingesta de esta vitamina y el mayor riesgo de desarrollar cáncer o de mortalidad cáncer-específica. “Niveles bajos de vitamina D parecen guardar conexión con la agresividad tumoral y una peor respuesta al tratamiento. La suficiencia de calcidiol se asocia a mejor pronóstico, abriendo el debate sobre la utilidad de la vitamina D como marcador pronóstico de la evolución del cáncer. Estas asociaciones las han respaldado estudios de polimorfismos del VDR y metaanálisis de estudios observacionales”, citó la fuente mencionada anteriormente.
Este nutriente se puede obtener de manera natural a través de la absorción de los rayos del sol y también es posible adquirirla a través de alimentos como los lácteos, el aceite de hígado de bacalao, los huevos, los pescados grasos (pescado azul) y la verdura de hoja verde. Se necesita la ingesta de una gran cantidad de estos alimentos para obtener la necesaria para el cuerpo.
“Existen productos de vitamina D3 disponibles que te permiten una disolución óptima del nutriente. Los suplementos alimenticios a base de cholecalciferol o vitamina D3 te permiten obtener la cantidad necesaria de nutrientes, 60 comprimidos de 5000 UI/día, para garantizar una síntesis óptima y completa durante todo el año”, según el portal web UnCOMO.
Por último, es importante reconocer cuándo hay una deficiencia de vitamina D3 en el cuerpo, ya que se pueden presentar diversos problemas, desde la depresión o diversos problemas cognitivos hasta el empeoramiento de enfermedades metabólicas o el aumento de los procesos degenerativos del organismo. El portal web citado dio a conocer algunas señales que se deben tener en cuenta:
- Fatiga y cansancio.
- Nerviosismo.
- Cambios de humor.
- Debilidad o flojera.
- Aumento de las caries dentales o de la inflamación o sangrado de las encías.
- Trastornos del sueño.