Una de las afecciones más comunes en los adultos mayores es la hipertensión arterial, la cual es definida como una patología en la que la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias con el paso de los años es lo suficientemente alta como para poder causar otras afecciones de salud como la enfermedad cardíaca, según indica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
La explicación es, cuanta más sangre bombee el corazón y entre más estrechas estén las arterias, mayor será la presión arterial.
Frente a este tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que, según los cálculos, el 46 % de los adultos hipertensos desconocen que padecen esta afección y entre los factores de riesgo modificables figuran las dietas malsanas (consumo excesivo de sal, dietas ricas en grasas saturadas y grasas trans e ingesta insuficiente de frutas y verduras), la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol y el sobrepeso o la obesidad.
Sin embargo, existen factores de riesgo no modificables, como los antecedentes familiares de hipertensión, la edad superior a los 65 años y la concurrencia de otras enfermedades, como diabetes o nefropatías.
Para tratarla, es importante acudir al médico para determinar la causa y el tratamiento dependiendo de la condición física del paciente. Adicional a ello, se requieren de algunos cambios en los hábitos de vida.
Los especialistas en salud aconsejan a las personas hipertensas seguir una dieta saludable para el corazón con menos sal (a menos de 5 g diarios) y la sal debería ser yoda, hacer actividad física con regularidad, mantener un peso saludable o bajar de peso.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, revela la OMS.
Los expertos señalan incluir al menos 400 gramos de frutas en la dieta. Además, existe una gran variedad de ellas que pueden consumirse, de acuerdo a la preferencia de cada persona.
Una fruta saludable para el cuerpo humano son las naranjas y pomelos, debido al alto contenido de vitamina C, folatos, ácidos orgánicos, flavonoides y carotenoides, de acuerdo con el portal de la Fundación Española de la Nutrición (Fen).
“En su composición también cabe destacar que es fuente de ácido ascórbico o vitamina C. (Una naranja de tamaño medio aporta 82 mg de vitamina C, siendo 60 mg la ingesta recomendada al día para este nutriente). También es fuente de folatos, que contribuyen a la formación normal de las células sanguíneas”, explicó la fundación.
“100 gramos de naranja contiene el 90 % de necesidades diarias de esta vitamina. Además, contiene flavonoides (con efectos antioxidante, antiinflamatorio y antitumoral) y limonoides (anticancerígeno). Por ello, se recomienda comerlas enteras para aprovechar todas sus propiedades”, indica el portal especializado en salud Patia.
De hecho, en un estudio, citado por el portal ‘CuerpoMente’, el zumo de naranja ayuda a reducir la presión arterial en un buen 5 %. Sin embargo, “es importante no consumir pomelo y zumo de pomelo si la persona está bajo prescripción médica, ya que la fruta puede aumentar sus efectos”.
Estos, según el mencionado portal, son algunos de los beneficios del consumo regular de naranja.
- Por su bajo índice glucémico, la naranja es una de las frutas aconsejadas para la prevención de la diabetes.
- Su alto contenido en vitamina C estimula la producción de glóbulos blancos y contribuye a reforzar el sistema inmunológico.
- Contiene antioxidantes que mantienen una piel sana y reduce los signos de la edad.
- Una naranja contiene únicamente 65 calorías, lo que hace de esta una fruta muy recomendable en dietas para bajar peso.
- Por su alto contenido en fibra, prolonga la sensación de saciedad.
- Son ricas en calcio, que protege los huesos y dientes, manteniéndolos sanos.
- Su consumo ayuda a reducir la absorción de grasas y a bajar el colesterol y la tensión.
- Tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que es beneficiosa para las personas con artritis.