La ingesta de frutas es determinante en la dieta diaria de toda persona. Estos alimentos aportan vitaminas, minerales y otra serie de nutrientes que son favorables para la salud del organismo.

Existen muchos mitos en torno a si quienes padecen diabetes pueden consumirlas o no, debido a sus contenidos de azúcar. Información del portal Medical News Today asegura que, si bien se trata de productos con una gran cantidad de azúcar, la fruta fresca no contiene azúcares libres, que son los que afectan los niveles de glucosa en la sangre.

Adicionalmente, son fuente de una alta cantidad de fibra, lo que ralentiza la absorción de azúcar en el cuerpo. “Varios estudios han demostrado que el consumo de frutas enteras puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes”, precisa la mencionada fuente.

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Salud de los Estados Unidos dice que las frutas deben ser parte de un plan de alimentación saludable, que junto con el desarrollo de actividad física puede ayudar a mantener su nivel de glucosa en la sangre dentro de los límites deseados.

“Para manejar la glucosa se tiene que equilibrar lo que se come y bebe con la actividad física y las medicinas para la diabetes, si se usan. Qué, cuánto y cuándo comer es importante para mantener el nivel de glucemia dentro de los límites recomendados”, precisa la citada institución.

Tener en cuenta estas recomendaciones ayuda a mantener no solo los niveles de glucosa en la sangre, sino también la presión arterial y colesterol dentro de los valores deseados. De igual forma, es una buena estrategia para adelgazar o mantener un peso saludable, prevenir o retrasar los problemas de la diabetes y sentirse bien y tener más energía, dicen los expertos.

Si bien quienes padecen diabetes pueden ingerir cualquier fruta, algunas de las más recomendadas son las naranjas, melones, fresas, manzanas, bananos y uvas, las cuales se pueden consumir en cualquier momento del día, incluso en la noche, lo importante es saber cuáles son las cantidades que se deben ingerir dependiendo de la condición médica, por ejemplo, si el paciente utiliza insulina o no.

La Sociedad de Diabetes de Estados Unidos indica que los diabéticos también pueden comer duraznos, aguacates, moras, arándanos, cerezas, kiwis, papaya y peras, siempre teniendo claro cuál es la cantidad o la porción indicada.

Además de las frutas, los pacientes con esta condición pueden incluir en su alimentación verduras tales como: brócoli, zanahorias, vegetales de hojas verdes, pimientos y tomates, así como papas, maíz y arvejas; granos integrales; proteínas como carne magra, pollo o pavo sin el pellejo, pescado, huevos, nueces y maní, frijoles secos y otras leguminosas como garbanzos y guisantes y, finalmente, lácteos descremados o bajos en grasas.

Cuidado con los jugos

Si bien la fruta fresca y entera es saludable y no genera picos de azúcar en la sangre, no sucede lo mismo con los jugos naturales. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) afirman que beber jugo de fruta durante una comida o por sí solo, aumenta rápidamente la glucosa.

Medical News Today cita un estudio realizado en 2013 el cual analizó cómo el consumo de frutas afecta la probabilidad de que una persona desarrolle diabetes tipo 2.

Una de las principales conclusiones fue que quienes consumían más fruta entera tenían menos probabilidades de desarrollar la condición, mientras que las personas que bebían grandes cantidades de jugo de fruta eran más propensas a tenerla.

Otro análisis de 2017 mostró resultados similares, de acuerdo con la mencionada fuente. Los investigadores encontraron que el consumo de fruta fresca reducía no solo el riesgo de una persona de desarrollar diabetes tipo 2, sino también de enfrentar condiciones cardiovasculares o de morir.