Vivir hasta los 100 años puede sonar algo imposible, pero esta meta o sueño que muchas personas tienen se puede hacer realidad si se cambian los hábitos de vida que perjudican al organismo, por unos más saludables que le permitan llegar no solamente a esa edad, sino hacerlo de manera vigorosa.
En el último informe de la Organización Mundial de la Salud, la entidad indica que la esperanza de vida ha aumentado en 5 años, pero los datos muestran desigualdades en el acceso a los servicios de salud. Ahora bien, muchas personas piensan que la esperanza de vida está determinada en gran medida por la genética. Sin embargo, los genes juegan un papel mucho más pequeño de lo que se creía originalmente. Factores ambientales como el lugar de nacimiento, la dieta y el estilo de vida, son claves.
Consejos para vivir 100 años
Cuidar la alimentación: seguir una dieta sana y equilibrada, rica en frutas y verduras, es un elemento clave y vital para vivir un largo tiempo. De esta manera, es importante reducir la ingesta de carne y, por el contrario, sustituirla por más legumbres. También es fundamental consumir abundante pescado, ya que el omega-3 ayuda a cuidar el corazón y la salud cardiovascular.
Hacer ejercicio: mantenerse activo y evitar el sedentarismo, es una de las fórmulas claves de la eterna juventud. Realizar ejercicio moderado al menos durante 30 minutos diarios es suficiente para disfrutar de sus beneficios.
Higiene del sueño: durante la vejez cuesta aún más conciliar el sueño. Hay estudios que demuestran que es debido a la pérdida progresiva de un tipo de neurona. No obstante, los médicos coinciden en que lo recomendable son 7 horas de sueño diarias para llevar una vida saludable.
Evitar los altos niveles de estrés: el pesimismo, la ansiedad y el estrés debilitan el sistema inmunológico y, por lo tanto, el organismo se vuelve vulnerable a infecciones y otras enfermedades.
Socializar: es importante cuidar la relación con la pareja, amigos y familiares. Si existe algún conflicto, es fundamental perdonar y olvidar. Aislarse no es una buena solución, por lo que se aconseja conocer gente nueva.
Evitar del consumo de drogas: sin importar la edad, el consumo de sustancias como el alcohol, el cigarrillo, el tabaco, entre otros, deteriora el organismo y causan enfermedades graves y de difícil manejo como el cáncer.
Mantenerse activo mentalmente: la estimulación psicológica permite prevenir enfermedades mentales en general y especialmente las neurodegenerativas relacionadas con el envejecimiento. Es considerable implementar en la rutina hábitos de lectura, escritura y la resolución de operaciones numéricas. Así mismo, se recomienda practicar juegos de mesa como el ajedrez, las cartas y el dominó.
Tener metas vitales: establecer objetivos a lo largo de la vida y alcanzarlos con esfuerzo y disciplina, es la clave de la felicidad. Sin importar la edad, es crucial marcarse objetivos nuevos para mantenerse activo y vigoroso.
Adoptar el hábito de tomar té verde: algunas investigaciones han concluido que las personas que toman bebidas azucaradas tienen más probabilidades de padecer la enfermedad de Alzheimer, y algunos estudios sugieren que el té verde puede favorecer las funciones cognitivas.
Limitar el uso de la tecnología: constantemente la tecnología nos bombardea, de tal manera que no se vive en la realidad sino en la virtualidad, por lo que es fundamental limitar su uso. En lo posible, desactive todas las notificaciones de sus teléfonos, establezca zonas en las que por nada del mundo usará su celular y cuando despierte evite coger su teléfono.
Cuidar la piel: desde temprana edad es importante tener una buena higiene facial para lucir vigoroso más adelante. De este modo, es importante utilizar protector solar todos los días, sin importar el estado del clima. También se aconseja tomar el sol en la mañana a las 9:00 a.m. o a las 5:00 p.m., en estas horas hay un menor riesgo en el daño de la piel.
Mantener la flexibilidad y mejorar la postura: el estrés, la mala posición al sentarse y la baja autoestima son algunos de los factores que ocasionan una mala postura. Es por ello que se debe examinar la postura mínima una vez por semana.