El azúcar elevado en la sangre puede ocasionar graves complicaciones de salud. Si bien es una sustancia clave para que el organismo obtenga la energía que requiere para cumplir con las diversas funciones, cuando se sube mucho y de manera súbita debe atenderse de manera inmediata.

Saltarse dosis o no tomar suficiente cantidad de insulina u otros medicamentos para reducir la glucosa en la sangre pueden provocar hiperglucemia, como se le conoce médicamente a los niveles demasiado elevados de azúcar en la sangre, asegura el instituto de investigación Mayo Clinic.

Estas subidas significativas de azúcar pueden ser frecuentes en personas que padecen diabetes, pues la glucosa tiene a acumularse en el el torrente sanguíneo. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, ataques cardíacos, derrames cerebrales y amputación de miembros inferiores.

“La diabetes mal controlada aumenta las posibilidades de estas complicaciones y la mortalidad prematura. Además, las personas con diabetes tienen mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares y tuberculosis, especialmente aquellas con mal control glucémico”, precisa la mencionada fuente.

Por esta razón, toda persona debe controlar sus niveles de glucosa en la sangre, pues uno de los graves problemas es que la diabetes reduce drásticamente los efectos de la insulina en el cuerpo. La insulina es una hormona que permite el ingreso del azúcar en las células, pero en las personas con esta enfermedad la glucosa tiende a acumularse en el torrente sanguíneo ocasionando la hiperglucemia, y esto puede alcanzar niveles peligrosamente altos si no se trata adecuadamente.

Descontrol

Información del portal Consalud, de España, indica que una de las principales características de la diabetes es el descontrol de los niveles de glucosa, pues por más que se trata de mantenerlos dentro de los límites deseados, en ocasiones puede ocurrir que se suban más de lo normal.

Cuando una persona tiene problemas de azúcar en la sangre, es importante estar atenta a señales como las siguientes:

  • Aumento de la sed.
  • Micción frecuente.
  • Visión borrosa.
  • Cansancio o debilidad.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas y vómitos.
  • Falta de aire.
  • Dolor estomacal.
  • Aliento con olor frutal.
  • Boca muy seca.

Ante esta situación, los pacientes deben actuar de manera rápida y una de las principales formas de afrontarlo es relajarse y no asustarse. La hiperglucemia puede ocurrir porque el paciente se aplica muy poca insulina o por exceso de comida. Para hacerle frente a esas subidas marcadas de la glucosa en la sangre, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Lo primero que debe hacerse es medir el nivel de azúcar en la sangre. Si es muy alto, lo más indicado es acudir a un centro médico. Si está elevado, pero no en extremo, lo procedente es aplicar una dosis de insulina para corregir el problema.
  • Es importante mantener la calma y controlar el estrés
  • Hacer ejercicio puede ayudar a descender los niveles de glucemia. Sin embargo, si la glucosa se encuentra por encima de 240 miligramos por decilitro de sangre, es necesario el control de la orina para detectar cetonas. Si hay presencia de estas sustancias en la orina, lo recomendable es no hacer actividad física, ya que, en estos casos, el azúcar puede aumentar aún más, explica Consalud.
  • Acudir al médico de forma inmediata debe ser la prioridad. El especialista sabrá cuál es el paso a seguir para llevar la glucosa a un nivel deseado.

Mayo Clinic indica que es determinante tratar la hiperglucemia, pues de no hacerlo pueden presentarse afectaciones tan complejas como un coma diabético, un trastorno mental que causa la pérdida de conocimiento.