Los meses de junio y julio comprenden la época más cálida del año. Por lo que es común que las personas programen viajes a mitad del año, sobre todo porque los estudiantes tienen este espacio para descansar.
Dicho esto, muchas familias piden sus vacaciones en las empresas para viajar con sus hijos, mientras que hay otros que tienen la posibilidad de seguir laborando desde otros puntos geográficos, pues sus labores no requieren estrictamente de su presencia en las oficinas y se pueden desarrollar de manera remota.
Así las cosas, es importante destacar que por ser un tiempo de calor, el sol se hace más fuerte, por lo que es vital cuidarse y proteger la piel, ya que la prolongada exposición al sol podría ser contraproducente para la salud.
Teniendo en cuenta esto, el consumo de líquido con frecuencia se hace indispensable para evitar, por ejemplo, una deshidratación. Esto puede ocurrir cuando se presenta la insolación, que es cuando el cuerpo está expuesto al sol al punto que el cuerpo ya no puede regular su propia temperatura y se calienta en exceso. Ocasionando fiebre con altas temperaturas corporales de hasta 40° C.
De acuerdo con el portal Cigna, algunos de los síntomas de la insolación son:
- Convulsiones
- Señales de dificultad para respirar de moderada a grave.
- Confusión, inquietud grave o ansiedad.
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Sudoración que puede ser intensa o puede haber cesado.
- Piel que puede estar enrojecida, caliente y seca, incluso en las axilas.
- Vómitos y diarrea intensos.
Por su parte, Tatiana Bermudez, líder en salud de EPS Famisanar, asegura que “la exposición al sol, sin los debidos cuidados, puede causar envejecimiento prematuro, enrojecimiento, quemaduras de primer y segundo grado, insolación, convulsiones, vómitos, manchas y arrugas en la piel, así como alterar el sistema inmunológico”.
Por lo cual, es vital el uso de protector solar diario, con factor de protección solar (FPS) de al menos 50, es un excelente aliado antienvejecimiento que previene las manchas y el cáncer de piel.
Desde el portal de la Clínica Universidad de Navarra, enfatizan en que esto se puede prevenir evitando el contacto directo con el sol (sobre todo en las horas críticas, entre las 11 a. m. y las 3 p. m.); emplear ventiladores (abanico); evitar alcohol y cafeína. Así como “mojarse o bañarse y reducir la actividad física durante las horas más cálidas”.
Sumado a ello, en el caso específico de la insolación o golpe de calor como se conoce en otras partes del mundo, Sanitas recomienda en su web:
- Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
- Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.
- Para reducir la temperatura corporal, utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.
- Darle de beber agua fresca (le ayudará a bajar la temperatura corporal) para rehidratarse, pero debe hacerlo a pequeños sorbos y no de golpe, pues esto empeoraría su estado.
- Una vez que haya mejorado su estado hay que acompañarla a un servicio médico de urgencias para someterla a una revisión exhaustiva y posteriormente a un estrecho seguimiento médico durante algunos días.
- Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.
Finalmente, un último consejo casero para emplear en el caso de insolación es realizar compresas de manzanilla. Cuando la quemadura se enfríe, es normal que la molestia continúe y, para continuar tratando la piel, Tua Saúde aconseja aplicar compresas frías empapadas con té de manzanilla para refrescar la zona. Cabe mencionar que esta hierba medicinal tiene propiedades antiinflamatorias, calmantes y curativas que ayudan a reparar la piel.