El asma es una enfermedad pulmonar catalogada como crónica si se prolonga a largo plazo. Principalmente afecta las vías respiratorias, las cuales corresponden a los conductos que transportan el aire desde el exterior hasta los pulmones. Cuando una persona tiene asma, estos caminos se inflaman y, consecuentemente, se hacen estrechos.
Una de las poblaciones afectadas por esta condición son niños y niñas. Generalmente, antes de los cinco años es cuando empiezan a presentar los primeros síntomas. Medline Plus explica que es una enfermedad crónica a esa edad, la cual obliga a ausentarse constantemente al colegio y yendo con frecuencia al hospital.
A pesar de que no hay una lista de causas concretas, la tendencia apunta que la genética y el propio medio ambiente son responsables. Un ataque de asma puede ocurrir, por ejemplo, cuando el menor de edad está expuesto a un desencadenante de esta enfermedad, lo cual empeora a medida que no se gestiona la situación.
Recopilando diferentes casos de niños y niñas con asma, los desencadenantes frecuentes son los siguientes, los cuales parten su afectación por el tipo de asma del paciente:
- Asma alérgica: Causada por alérgenos, correspondientes a sustancias provocantes de reacciones alérgicas. Entre estas, aparecen los ácaros del polvo, moho, mascotas, polen de paso, árboles, malezas y desechos de plagas como cucarachas y ratones.
- Asma no alérgica: Ocasionada por actores no alérgenos. Los desencadenantes están en determinadas circunstancias, como lo son el aire frío, ciertos medicamentos contraproducentes, productos químicos domésticos, infecciones como resfriados, contaminación del aire exterior y humo de tabaco.
- Asma inducida: Finalmente hay un tercer tipo, menos común que el anterior. Esta ocurre exclusivamente por realizar ejercicio físico en ambientes con aire seco.
En ese orden de ideas, Medline indica que hay otros factores no controlables por los menores de edad que aumentan la posibilidad de tener asma. Por un lado, la exposición extensa de humo de segunda mano cuando la madre está embarazada es perjudicial. También puede presentarse por el historial familiar, dado que es una enfermedad con posibilidad de ser hereditaria.
Otras condición es hacer parte de una etnia o una nación específica, dado que algunas (como los afroamericanos y puertorriqueños) tienden a ser más propensos. Nacer con morbilidades o con enfermedades respiratorias son detonantes para el asma. Por último, el género también afecta, debido a que está comprobado que en los niños es más común, pero en la adolescencia perjudica más a las mujeres.
Sin importar las causas, en un punto, todos los menores de edad empiezan a ser testigo de los síntomas por igual. Si bien cada organismo responde de diferente modo a la infección, los síntomas son los mismos:
- Opresión en el pecho.
- Tos en la mañana y noche.
- Falta de aire, respiración rápida o jadear para obtener aire.
- Sensación de cansancio.
- Irritabilidad.
- Sibilancias, que es igual a tener un silbido al exhalar.
- Dificultar para comer.
Durante los ataques de asma, estos empeoran; a tal punto que, si se presenta de gran medida, alcanza a poner en riesgo la vida de la persona. Para evitar eso, hay que tener en cuenta que su aparición es de forma gradual, por lo que hay tiempo para consultar cómo manejarlos. Los signos de advertencia de un ataque severo incluyen tos intensa, problemas respiratorios graves y palidez o un color azulado en la cara, labios y uñas.
El asma tiene síntomas similares a otras afectaciones infantiles, lo cual complica el dictamen médico. Es por eso que, los especialistas de salud toman en cuenta los siguientes estudios para confirmar:
- Examen físico.
- Historia clínica.
- Radiografía del pecho.
- Pruebas de función pulmonar, incluyendo la espirometría. Este procedimiento evalúa el funcionamiento de los pulmones.
- Análisis de sangre y piel, en caso de tener antecedentes alérgicos.
Por último, el tratamiento para controlar y eliminar la infección que causa el asma, hay que seguir el siguiente plan. No obstante, siempre hay que recurrir ante los médicos para tener un registro especial y acorde al paciente.
En primer lugar, se llevan a cabo estrategias para evitar desencadenantes, las cuales constan de evitar los factores que justamente llevaron a tener asma. Luego se sigue rigurosamente en tratamiento médico con los medicamentos suministrados. Estos previenen y alivian los síntomas durante y después de un ataque. También hay otros que cumplen la función de liberar las vías respiratoria.