Un choque cardiógeno puede ser mortal si no se realiza un tratamiento oportuno y ocurre cuando el corazón repentinamente no puede bombear sangre suficiente al organismo. Esta afección es poco frecuente y generalmente se presenta cuando se padece un ataque cardíaco grave.

De acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, los síntomas de un shock cardiógeno son:

  • Respiración rápida.
  • Falta de aire grave.
  • Latidos del corazón rápidos y repentinos (taquicardia).
  • Pérdida del conocimiento.
  • Pulso débil.
  • Presión arterial baja (hipotensión).
  • Sudoración.
  • Piel pálida.
  • Pies y manos fríos.
  • No orinar u orinar menos de lo normal.

En caso de presentarse estos síntomas, lo recomendable es acudir inmediatamente a un centro de salud para recibir la atención profesional adecuada. Un shock cardiógeno es considerado como una emergencia, la cual necesita hospitalización. Cuando se realiza un tratamiento oportuno se disminuye el riesgo de daños en el corazón y se incrementan las probabilidades de sobrevivir a ello.

Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos señalan que el tratamiento de esta afección consiste en lograr que la sangre fluya correctamente y proteger a los órganos del daño. En algunos casos puede que el paciente necesite un transplante de corazón o un dispositivo que ayude a que la sangre fluya al corazón.

Según indica Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, puede que para el tratamiento se necesiten medicamentos para subir la presión arterial y mejorar la actividad cardíaca como:

  • Dobutamina
  • Dopamina
  • Epinefrina
  • Levosimendan
  • Milrinone
  • Norepinefrina
  • Vasopresina

Ataque cardíaco

Un infarto de miocardio, también conocido como ataque cardíaco, es una emergencia médica. Si se identifican sus síntomas, se debe acudir inmediatamente a un hospital para recibir la atención profesional adecuada y disminuir el riesgo de muerte súbita (es mayor en las primeras horas). Cabe recordar que esta es una de las causas de un shock cardiógeno.

En algunos casos una persona puede sufrir un “ataque cardíaco silencioso”, es decir, sin presentar síntomas.

El sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos recuerda los síntomas de un infarto:

  • Dolor torácico (el síntoma más común).
  • Dolor en una sola parte del cuerpo o que se irradia desde el pecho a los brazos, hombro, cuello, dientes, mandíbula, área abdominal o la espalda.
  • El dolor puede presentarse de forma intensa o leve y puede sentirse como si fuera una indigestión intensa, una presión fuerte o una banda apretada alrededor del pecho.
  • El dolor suele tener una duración de más de 20 minutos.
  • Otros síntomas que también pueden presentarse durante un ataque cardíaco son: ansiedad, tos, desmayos, mareo, vértigo, náuseas y vómitos, palpitaciones fuertes, dificultad para respirar y sudoración.

También se pueden presentar otros síntomas como:

  • Ansiedad.
  • Tos.
  • Desmayos.
  • Náuseas y vómitos.
  • Palpitaciones (sensación de que el corazón está latiendo demasiado rápido o de manera irregular).
  • Dificultad para respirar.
  • Sudoración, la cual puede ser muy copiosa.

¿Cómo cuidar el corazón?

En primer lugar, es importante conocer cuáles son los factores de riesgo que pueden suscitar afecciones cardíacas como un infarto de miocardio. Es fundamental que en caso de que se cuente con alguno se regule y se consulte periódicamente a un doctor para tratarlo. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos los mencionan:

  • Presión arterial alta.
  • Colesterol elevado.
  • Sobrepeso u obesidad.
  • Prediabetes o diabetes.
  • Fumar.
  • No ejercitarse regularmente.
  • Antecedentes familiares de parientes cercanos, los cuales hayan sufrido enfermedad cardíaca a temprana edad.
  • Tener una alimentación poco saludable y hábitos alimenticios dañinos.
  • Si es mujer y se tiene más de 55 años.
  • Si es hombre y se tiene más de 45 años.