En tiempos de redes sociales muchos se ufanan de sus amigos en Facebook o sus seguidores en Twitter e Instagram. Pero la dura realidad es que de todos esos cientos de personas que parecen ser muy allegadas solo un puñado realmente lo son. Lo estableció hace unos años el profesor Robin Dunbar, antropólogo de la Universidad de Oxford, quien teorizó que el ser humano puede recordar las caras de cientos de personas, pero en materia de relaciones sociales estables el límite es 150, cifra conocida como el número Dunbar. La principal razón es el tamaño del cerebro, que “es lo suficientemente grande para manejar las interacciones personales con apenas ese número de amigos y familiares”, le dijo el experto a SEMANA.
Recientemente Dunbar sostuvo que esas 150 relaciones se establecían en círculos según las diferentes características de la amistad, y cada capa se encargaba de proveer un beneficio. “Los amigos íntimos, usualmente 5 personas, son los hombros donde llorar; nos apoyarán emocionalmente cuando estemos en problemas”, explica. Después están los amigos cercanos, conformados por apenas 10; los amigos a secas, que serían 30; y el cuarto círculo, el de los conocidos más distantes. Hace poco, sin embargo, algunos investigadores sugieren que el número Dunbar está mandado a recoger pues hoy la gente en promedio establece cerca de 400 relaciones personales, de las cuales 33 soportarán el paso del tiempo. “Las redes están influyendo en cómo la gente se relaciona con los demás”, dice el psicólogo Diego Castrillón, quien hoy está en contacto a diario con por lo menos 500 personas a partir de sus grupos de WhatsApp, algo imposible de hacer dos generaciones atrás. Pero Dunbar ha podido constatar que si bien la red de amigos ha aumentado por internet, la de los mejores amigos sigue siendo la misma. Han aumentado las amistades casuales y superficiales “porque la gente hoy añade con más facilidad a simples conocidos en su círculo de amigos”, señala el antropólogo. Le recomendamos: El poder sanador de conversar con los amigos Con el paso del tiempo el número va disminuyendo. “Estamos constantemente perdiendo amigos”, dijo, al diario The Wall Street Journal, Irene Levine, autora del libro Best Friends Forever. Una investigación reciente que analizó 277 trabajos sobre la amistad, publicada en Psychological Bulletin, mostró que todas las relaciones aumentan en número hasta un momento de la adultez temprana, alrededor de los 30 años. Y si bien los vínculos familiares se mantienen estables, los personales, tanto amigos como confidentes, empiezan a escasear. Las razones de este fenómeno son múltiples. Según los expertos, las pérdidas casi siempre suceden durante transiciones importantes de la vida como el grado, la llegada de los hijos, un cambio de trabajo, el divorcio e incluso la llegada de un nuevo amor. Un estudio, por ejemplo, encontró que la gente pierde en promedio dos amigos al establecer una relación romántica. “Cuando la gente se casa cambia, pues ya no es solo ella sino también la pareja de alguien más”, dice la psicóloga Sally Cummins. El tiempo pone límite a las interacciones cara a cara. Y pasar momentos juntos es necesario para mantener el grado de intensidad emocional necesario para que estas relaciones prosperen. Aun en las redes sociales, el foco que cada cual les da a las personas es limitado debido a la falta de tiempo. En el campo laboral es más difícil mantenerlos porque la gente cambia de trabajo o se muda de ciudad con mucha más frecuencia que antes. “Son amigos coyunturales y aunque ya no se cultiva la relación como antes, la simpatía renace cuando se vuelven a ver”, dice Castrillón. Perder amigos preocupa a los expertos porque las relaciones de amistad sólidas garantizan una vida más larga y saludable. Se sabe que la gente con buenas redes de amigos tiene en la vejez menos estrés y sufre menos de hipertensión y depresión, en parte porque se cuidan mutuamente. Por el contrario, la gente aislada puede tener igual riesgo de enfermedad que una persona obesa. Según la psicóloga María Elena López, las mujeres valoran mucho la amistad porque cuando las parejas se acaban o los hijos se casan su círculo de amistades empieza a jugar un papel importante. Por eso perder amigos es todo un drama. Según Castrillón es natural que las amistades se acaben o incluso que un amigo “eche al otro. Si es una amistad poco profunda no hay mayor problema –dice el experto–, pero cuando hubo una inversión de tiempo y energía importante el duelo puede ser tan grande como el de los novios”, señala. Esto sucede porque la gente solo elige en la vida las relaciones con su pareja y sus amistades. “Además conseguir amigos de verdad es difícil”, agrega. Laura Carstensen, psicóloga y directora del Centro de Longevidad de Stanford, advierte que la gente empieza a interactuar con menos personas al llegar a los 40 años, aunque empieza a desarrollar relaciones más cercanas con quienes ya conoce. Para López, a medida que pasa el tiempo la gente le da mayor peso a los lazos profundos y de calidad porque “quiere vínculos fuertes, que son más gratificantes. Y es difícil encontrar esa empatía en las redes”. Le puede interesar: Las personas con más amigos tienen más tolerancia al dolor Conseguir amigos puede ser incluso tan difícil como encontrar pareja porque requiere de tiempo para cultivarlos. Los expertos han identificado tres variables: proximidad, repetición e interacciones no planeadas, además de un escenario que permita a las personas bajar la guardia. Por eso el momento ideal es el colegio y la universidad. “Pero en la vejez, después de los 60 años, los amigos se mueren o se mudan a otros sitios y los que quedan ya están cansados para hacer el esfuerzo de ir a sitios donde se conocen personas nuevas con quienes reemplazarlos”, dice Dunbar. Según Castrillón, no se debe satanizar las relaciones que la gente mantiene por las redes sociales pues son una posibilidad de contacto pese a que unas tendrán niveles de profundidad mayor que otras. “El reto es cómo manejar relaciones impersonales más grandes”, dice Castrillón. Con él coincide Tanja Hollander, una artista estadounidense que en 2011 se embarcó en un proyecto que tituló ¿Eres realmente mi amigo?, y consistió en visitar personalmente a cada uno de sus contactos en Facebook. Viajó a 43 estados, 5 países y 150 pueblos y realizó una exposición con más de 600 fotos en las que posa con sus amigos de Facebook en sus casas. Dice que para mucha gente marginalizada, o que vive en países en crisis, las conexiones que establecen por redes sociales, aunque no sean las más íntimas, han sido cruciales para comunicarse. Por eso, la conclusión de su experiencia, como le dijo a SEMANA, es que la gente tiene diferentes amigos en momentos distintos por muchas razones. “La amistad debería ser menos acerca de la jerarquía y más sobre el aprecio de las cualidades que valoramos en cada quien”. Puede leer: Medios y redes sociales Amigos por obligación ___________________________________________________________________ Mi nuevo mejor amigo Los expertos recomiendan seguir estos consejos para nunca estar corto de amistades. Los amigos llevan a más amigos. Use los que tiene como puente para establecer nuevas relaciones. No se limite a buscar gente parecida a usted. Vaya lento: esperar muy pronto mucha cercanía no es conveniente. Por eso, los expertos dicen que hacer amigos es como buscar pareja. Sea abierto acerca de su vida; comparta experiencias. Hágales seguimiento: una sola llamada o una sola salida no son suficientes. Enfóquese en las relaciones con mayor potencial.