El vegetarianismo y veganismo son tendencias crecientes en la población mundial. Más de 370 millones de personas han tomado la decisión de dejar a un lado el consumo de carne por diferentes razones, sin embargo, este cambio de dieta debe realizarse paulatinamente, de manera responsable y en compañía de especialistas de la salud para evitar cualquier reacción adversa del cuerpo y, por supuesto, hacer de este un hábito constante.
Realizar este tipo de cambios en la alimentación es motivado por diferentes factores. Algunos de ellos tienen que ver con aliviar alguna patología, tener una vida más saludable, combatir el sufrimiento animal causado por los seres humanos, cuidar el medio ambiente, entre otros.
Al respecto, Ana Cecilia Pineda, médica internista adscrita a Colsanitas y especializada en nutrición a base de plantas del Centro de Estudios de Nutrición T. Collin Campbell y Cornell, indicó en una rueda de prensa que es fundamental tener un propósito para hacer esta transformación, pues “tener un objetivo hace posible la transición y que el cambio sea sostenible en el tiempo”.
A continuación, se explican cinco puntos que se deben tener en cuenta para dar el paso hacia la eliminación del consumo de carne:
- Investigar: Antes de tomar una decisión es ideal investigar sobre el tema, tener clara la información y consultar a especialistas. Pineda, además, señaló que “cambiar la dieta no debería ocasionar ningún tipo de reacción adversa en el cuerpo, al contrario, muchos pacientes experimentan cambios positivos, como tener mayor energía”. Sin embargo, esto dependerá, en gran medida, de la responsabilidad con la que se realice el proceso.
- Consultar con un experto: una vez se toma la decisión, el paso siguiente es acudir a un especialista de la salud, debido a que cada organismo es diferente y tiene requerimientos nutricionales distintos. Precisamente, Luz Stella Hidalgo, nutricionista y dietista adscrita también a Colsanitas, manifiesta que “es clave calcular el aporte de los requerimientos nutricionales diarios para evitar cualquier déficit de vitaminas o minerales”. Esto, además, permitirá el óptimo funcionamiento del cuerpo.
- Hacer el proceso de forma paulatina: tomar la decisión de eliminar el consumo de carne o de alimentos de origen animal no implica que sea necesario cambiar de un día para otro. Por el contrario, lo mejor es lograr una transición progresiva para tener una mayor adherencia a estos nuevos hábitos. Una forma de hacerlo es, por ejemplo, elegir tres días a la semana para llevar una alimentación basada en plantas, así tanto el cuerpo como la persona se acostumbrará poco a poco.
- Recordar los beneficios: es importante tener en cuenta que, a pesar del aporte nutricional que pueden generar las carnes, las dietas vegetales también tienen un impacto positivo en el cuerpo. Control del peso, disminución del colesterol en sangre, mejor digestión y mayor energía son algunos de los beneficios más reconocidos.
- Tener presentes los alimentos infaltables: en la transición hacia el vegetarianismo, hay alimentos que no pueden faltar. Entre ellos se encuentran las leguminosas como garbanzos, lentejas, fríjoles, arvejas y soya; los cereales integrales fortificados como avena, quinua y amaranto; vegetales como el brócoli, la espinaca, los champiñones y verduras en general; frutos secos como almendras, maní, marañones y pistachos, pues tienen proteína vegetal y grasas saludables.
Por último, es necesario tener en cuenta que, si bien para vegetarianos y veganos se recomiendan micronutrientes como hierro, zinc, calcio, vitamina B12 y vitamina D, complementar la dieta con suplementos vitamínicos deberá ser una decisión que se tome bajo asesoría médica y con base en el examen físico y el estado nutricional de la persona.