El tomate es un alimento versátil que puede agregarse a diferentes preparaciones gastronómicas, es viable consumirlo en jugo, agregarlo a ensaladas o simplemente comerlo crudo y solo.
A pesar de que es una fruta, el tomate normalmente es utilizado como un vegetal. Su nombre científico es Lycopersicum esculentum L y se caracteriza por ser rico en vitaminas C, A, K, potasio y licopeno, siendo este último un potente antioxidante, que es el que potencia sus beneficios para la salud.
Según la fundación AARP, de Estados Unidos, este poderoso compuesto actúa neutralizando los radicales libres (moléculas de oxígeno inestables que dañan las células del cuerpo). “Las investigaciones han demostrado que el consumo de alimentos ricos en licopeno protegen contra diversos tipos de cáncer, como el de próstata, pulmón y mama”, asegura la citada fuente en su página web.
Los tomates también pueden ayudar a prevenir los ataques cardíacos, principalmente porque disminuyen el colesterol. De acuerdo con AARP, en uno de los análisis realizados, el consumo diario de 13 onzas de jugo de tomate durante tres semanas redujo el nivel de LDL, colesterol “malo” alrededor de un 13 %.
Pero este no parece ser el único compuesto que brinda beneficios al organismo. Otro es el ácido 9-oxo-octadecadienoico, ya que los investigadores de la Universidad de Kyoto en Japón descubrieron que reduce el colesterol y las grasas en el flujo sanguíneo, previniendo frente a enfermedades como arterioesclerosis e incluso la diabetes tipo 2.
Tomate, un aliado del hígado
Una de las bondades que se le atribuyen es que su consumo es muy saludable para el hígado, gracias al licopeno. Información del portal de salud Tua Saúde indica que este compuesto ayudaría a prevenir y mejorar la esteatosis hepática o hígado graso, mediante un proceso de oxidación y regulación del metabolismo de las grasas.
Se dice, además, que el tomate favorece y ayuda a cuidar este órgano después de consumir alcohol. Científicos de la Universidad de Tufts, en Boston (Estados Unidos), determinaron que comer tomate tras beber alcohol reduce la inflamación en el hígado y también el número de unas proteínas que, cuando circulan en exceso por el organismo, pueden provocar trastornos hepáticos.
Una de las conclusiones de los investigadores es que para que se dé este efecto lo más recomendable es consumirlo crudo, pues de esta forma se obtienen realmente sus beneficios con el mencionado propósito, indica el portal Saber Vivir.
La evidencia científica también ha determinado que debido a su alto contenido de licopeno, esta fruta tiene la posibilidad de reducir el riesgo de sufrir enfermedad hepática grasa, inflamación y cáncer de hígado causados en muchas ocasiones por las dietas ricas en grasas.
Otros beneficios
La fuerte actividad antioxidante del tomate actúa protegiendo las células de la piel contra la oxidación de los radicales libres, así esta fruta ayuda a retrasar el envejecimiento prematuro. Adicionalmente, el tomate contiene vitamina C, que favorece la síntesis de colágeno, previniendo la formación de arrugas en la piel, además de mejorar la cicatrización, precisa Tua Saúde.
De igual forma, el tomate contiene fibra y cromo, que en conjunto actúan ayudando a regular los niveles de azúcar en la sangre, por lo que incluirlo a diario en una dieta balanceada permite controlar y prevenir el desarrollo de prediabetes o diabetes.
De otra parte, científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) investigaron la eficacia de tomar diariamente una píldora de 7 miligramos, equivalente a dos tomates y medio, en el tratamiento de afecciones cardíacas. Según el portal Cuerpo Mente, el análisis encontró que el licopeno mejora notablemente la flexibilidad de los vasos sanguíneos, favoreciendo la circulación.
Por último, se dice que es bueno para la visión debido a que es fuente de vitamina A, según información publicada en Community Eye Health Journal, citada en una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Valeria Sabater. Asimismo, este nutriente es adecuado para prevenir la degeneración macular. Esta vitamina es un antioxidante esencial que combate los efectos negativos de los radicales libres y que cuida de la salud de los tejidos.
El tomate tiene muy pocas calorías y contiene mucha agua, antioxidantes y fibra, por lo que incluirlo en una dieta equilibrada ayuda a reducir la grasa corporal y a controlar el apetito, lo que contribuye en la pérdida de peso.
Otro beneficio que se le atribuye es que su consumo regular ayuda a evitar tanto el estreñimiento como la diarrea. La fibra que contienen estimula el movimiento peristáltico de los músculos digestivos y también la liberación de los jugos gástricos. En un estudio publicado en Canadian Medical Association Journal se sugiere que los tomates tienen un efecto protector sobre el tracto digestivo, asegura Mejor con Salud.
Fortalece la estructura ósea
Estas frutas son una buena fuente de vitamina K, la cual actúa activando la osteocalcina, una proteína necesaria para el crecimiento y mineralización del hueso, evitando así el desarrollo de algunas enfermedades, como la osteoporosis, que con frecuencia se presenta en la edad adulta debido a la pérdida de densidad ósea. Las mujeres son más propensas a enfrentar este padecimiento.