El hígado graso es una acumulación de grasa en las células del hígado, que causa procesos inflamatorios y lleva a la fase más avanzada de la enfermedad.
En concreto, se presenta cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas. Aunque es normal tener una pequeña cantidad de grasa en estas células, se considera que es graso cuando está conformado por más de 5 % de grasa, según el magacín especializado en salud Healthline.
Cabe resaltar que el hígado graso (no por consumo de alcohol) es la enfermedad hepática más frecuente en el mundo, y la causa principal de la enfermedad crónica del hígado, que padece el 30 % de la población general.
En la mayoría de los casos, la causa de la enfermedad del hígado graso es la obesidad y un estilo de vida poco saludable, así como inactividad física. Además, según los especialistas de la Clínica Mayo, se puede convertir en una enfermedad hepática más seria, hasta llegar al trasplante de hígado, a la cirrosis, e incluso, al cáncer de hígado.
Causas
- Consumo de bebidas azucaradas: las bebidas azucaradas como las gaseosas y las bebidas energéticas son altas en fructosa, que han mostrado ser la causa de acumulación de grasa en el hígado en niños y adultos.
- Deterioro de la salud intestinal: investigaciones recientes sugieren que tener un desbalance en las bacterias intestinales, problemas en la función de la barrera intestinal (“intestino permeable”) u otro problema de salud en esta zona puede contribuir para desarrollar hígado graso.
- Obesidad: la obesidad causa inflamación de grado bajo que puede promover la acumulación de grasa en el hígado. Se estima que del 30 % al 90 % de los adultos con sobrepeso tienen hígado graso y la afección está aumentando en niños.
- Exceso de grasa abdominal: las personas con un peso normal pueden desarrollar hígado graso si tienen “obesidad visceral”, esto quiere decir que tienen mucha grasa alrededor de la cintura.
- Resistencia a la insulina: se ha demostrado que la resistencia a la insulina y los niveles altos de insulina aumentan la acumulación de grasa en el hígado en personas con diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.
- Ingesta elevada de carbohidratos refinados: la ingesta de carbohidratos refinados promueve la acumulación de grasa en el hígado, especialmente cuando personas con sobrepeso o resistentes a la insulina los consumen en cantidades elevadas.
Frutas para limpiar el hígado
Naranja
- En la línea de los cítricos, la naranja destaca por ser un potente depurativo natural y favorecer la eliminación de radicales libres, potenciando así las funciones hepáticas y limpiando el hígado.
Jugo de naranja con toronja
Ingredientes:
- 2 toronjas.
- 2 limones.
- 1 naranja.
- 1 cucharada de aceite de oliva.
Preparación:
- Pelar las frutas, córtalas por la mitad y retirar las semillas.
- Exprimir todos los ingredientes dentro de la licuadora y mezclar.
- Si se desea endulzar un poco, se puede agregar media cucharada de miel.
Melón
- El pomelo está compuesto por enzimas que estimulan el hígado y favorecen su desintoxicación.
- Como ocurre con las manzanas, es rico en ácido málico y carotenoides antioxidantes, sustancias que lo sitúan en una de las frutas más efectivas para limpiar el hígado.
Jugo de melón y menta
Ingredientes:
- ¼ de melón.
- 1 puñado de menta.
Preparación:
- Añadir los ingredientes en la licuadora y batir hasta obtener una mezcla homogénea y con pequeños trozos de menta.
- Si es necesario, añadir un poco de agua para que el jugo quede un poco más líquido.
- Por último, beber el jugo recién preparado.