La glucosa es un tipo de azúcar y es la principal fuente de energía del cuerpo humano. Según señala MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, cuando hay una cantidad elevada o insuficiente de esta sustancia en el torrente sanguíneo se pueden desarrollar enfermedades como la diabetes.
Existen varios síntomas que pueden indicar hiperglucemia. Entre estos se encuentran un aumento de la sed y orinar con más frecuencia, visión borrosa, cansancio, heridas que no sanan, pérdida de peso cuando no está tratando de perder peso y entumecimiento u hormigueo en los pies o las manos.
De acuerdo con información de Helathline, si glucosa es demasiado alta, la insulina ayudará a bajarla. Para personas con diabetes, el azúcar demasiado alto en la sangre es una señal de que es posible que se necesite administrar insulina sintética. En situaciones menos graves, la actividad física puede ayudar a reducir esos niveles.
También cuando los pacientes comen menos de lo normal y se ejercitan excesivamente, los niveles de glucosa en la sangre pueden disminuir. Consumir una comida o beber un jugo puede ayudar a incrementar los niveles de glucosa. Es posible que el azúcar bajo en la sangre ocasione la pérdida del conocimiento.
Para prevenir y evitar que las personas se vuelvan diabéticas es importante:
- Comer alimentos saludables. Elegir comidas con bajo contenido de grasa y calorías y con alto contenido de fibra. Las frutas, los vegetales y los cereales integrales son una buena opción.
- Ser más activo. Realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa por semana.
- Bajar el exceso de peso. Si la persona tiene sobrepeso, perder solo entre el 5 % y el 7 % de tu peso corporal puede reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
- Dejar de fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Tipos de diabetes
Existen dos tipos de diabetes más comunes. La primera es el tipo 2, la cual se presenta más frecuentemente en la edad adulta y tiene su origen en el hecho de que el organismo no produce suficiente insulina o a que las células la ignoran.
En cuanto a la diabetes tipo 1, se da cuando el azúcar obtenido a través de los alimentos no puede ser utilizado de la manera usual por el cuerpo humano debido a la destrucción de las células productoras de insulina. Esto lleva a niveles altos de azúcar o glucosa en la sangre, o hiperglicemia.
Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, la diabetes tipo 1 puede ser causada por genes y factores ambientales que desencadenan la enfermedad en aquellos que la padecen.
En cuanto a la diabetes tipo 2, la institución afirma que es la más común de las diabetes pues causada por varios factores entre los que destacan un estilo de vida poco saludable y los genes de los que la poseen pueden hacerlos más propensos a su padecimiento.
Es decir, que aquellas personas con sobrepeso, obesidad o con inactividad física tienen más probabilidades de desarrollar diabetes. “Algunas veces, el exceso de peso causa resistencia a la insulina y es frecuente en personas con diabetes tipo 2″, explica el Instituto.
Así mismo, la enfermedad se presenta con mayor frecuencia en aquellas personas de origen afroamericano, hispanos, asiáticos, entre otros.
Para las mujeres que han desarrollado diabetes gestacional puede deberse a cambios hormonales, factores que tienen que ver con la genética y un estilo de vida poco saludable.