El azúcar es un ingrediente que resulta muy perjudicial para el organismo si se consume en exceso. A pesar de ello, su ingesta es muy común y por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda restringirlo a 50 gramos diarios, aunque sería mejor ingerir menos de 25 gramos, si se es un adulto saludable, dicen los expertos.

En su versión natural, es decir, el azúcar que se encuentra en frutas y verduras no resulta dañino: sin embargo, cuando es añadido, que es el que se halla en los alimentos procesados, suele causar efectos negativos en la salud si se abusa de su ingesta.

Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, solo en ese país, los adultos reciben aproximadamente 15 % de sus calorías solo del endulzante agregado; es decir, el que aportan los alimentos procesados e industrializados. Lo grave es que esta ingesta, en muchos casos, no incluye nada de azúcares naturales.

Bajarle a la cantidad de este nutriente es clave para que el organismo se mantenga saludable. Uno de los mayores beneficios es que ayuda en la pérdida de peso, evitando problemas como la obesidad, la cual está relacionada con una serie de enfermedades crónicas como la diabetes, el colesterol y la presión arterial elevada.

Cuando el cuerpo deja de consumir azúcar o lo ingiere en las cantidades recomendadas, empieza a evidenciar resultados que, sin duda, son favorables.

- Reduce el riesgo de padecer cáncer de piel, según lo confirma una revisión de estudios realizada en 2014 y que fue publicada en The Journal of Clinical and Aesthetic Dermatology.

- Se evitan los cambios de humor.

- Se reduce la inflamación.

- Minimiza el riesgo de padecer de diabetes tipo 2, ya que el azúcar puede incrementar la obesidad.

- El cuerpo se siente saciado. Un artículo de la revista Mejor con Salud indica que el consumo de azúcar suprime una hormona llamada leptina, que es la responsable de dar sensación de saciedad después de comer, lo que hace que las personas sientan deseo de seguir comiendo. Al dejar de comer azúcar, el cuerpo vuelve a regular el apetito de manera adecuada y los alimentos aportan mayor sensación de saciedad, lo que se traduce en menor ingesta de calorías y dulce.

- Prevención de cálculos renales. Las bebidas azucaradas y, en general, el azúcar refinado, provoca un aumento del 25 % de riesgo de sufrir de cálculos renales, precisa la citada fuente. Para evitar este problema, lo ideal es consumir jugos naturales o agua.

- Se protege el cerebro. Algunas evidencias han encontrado que los picos de azúcar en la sangre pueden ser una de las causas de los daños cerebrales que afectan a la memoria.

Según la Fundación Dacer, de España, entidad sin ánimo de lucro que atiende a personas que presentan daño cerebral, el consumo de azúcar en exceso tiene un impacto directo en las habilidades cognitivas y en las que tienen las personas de controlarse así mismas, con efectos similares a los de las drogas en el centro de recompensas del cerebro.

Los especialistas explican que cuando se activa de forma repetida este sistema de recompensas, el cerebro se adapta y se reconecta con esos hábitos de consumo, lo que hace que cada vez la persona quiera comer más, con sus consecuentes resultados.

Los expertos aseguran que no se trata de no consumir azúcar, sino que la recomendación es limitar la cantidad de este producto añadido para evitar consecuencias negativas en el cuerpo. Por ello, uno de los consejos es que la persona siempre lleve consigo una fruta, así cuando se le antoje algo dulce podrá saciar ese deseo con un alimento saludable. Además, es clave practicar ejercicio físico todos los días, ya que esto reduce los niveles de glucosa hasta por 24 horas.