En los últimos años, tomar suplementos vitamínicos se puso de moda, como si de una píldora mágica se tratara para ganar salud.
La oferta de productos tanto de vitaminas solas como de complejos que combinan varias con minerales, por ejemplo, es bastante amplia y suelen comprarse por cuenta propia, sin acudir antes al médico para comprobar que realmente se necesita.
Recientemente, un grupo de investigadores canadienses ha comprobado con un estudio que muchos suplementos (de los más habituales) no tienen ningún beneficio para la salud. Si una persona está sana, no tiene ninguna deficiencia diagnosticada, los suplementos simplemente “no le hacen nada”.
Sin embargo, un estudio explica que: “la pandemia de covid-19 ha generado una demanda creciente de productos de autocuidado (vitaminas, minerales y suplementos alimenticios) a medida que los consumidores han decidido tener más control sobre su salud”.
Este análisis revela que más de un tercio de las personas del estudio comenzaron 2021 con los objetivos de cuidar su alimentación y estado físico, ya que se propusieron comer más sano (35%), hacer más ejercicio (35%), ahorrar dinero (29%) y dormir más (21%).
Ante dicha situación, muchos individuos tienen en su botiquín varias vitaminas que con el tiempo dejan de consumirlas, pero no tienen en cuenta que dichos suplementos tienen una fecha de caducidad.
En 1979, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) comenzó a exigir que se incluyera una fecha de vencimiento o caducidad en las medicinas que se venden con o sin prescripción. Hace unos cuantos años, la Organización Mundial de la Salud decidió que en principio las fechas de caducidad en general no deberían superar los cinco años.
Ahora, tomar algún suplemento que esté vencido no es peligroso, pero puede ser una pérdida de tiempo y dinero, ya que sus componentes pierden sus beneficios. Aunque, si la vitamina en cuestión tiene un olor inusual o ha cambiado de color, es cuando no debe tomarlo, pues puede llevar a una intoxicación en el cuerpo. Lo más adecuado es desecharlo de inmediato.
Según Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), o más importante es saber que no pasa nada por tomarlas fuera de fecha, pero, claro está, pierden efectividad. Por todo ello, lo primordial es su forma de conservación porque algunas de ellas son más solubles. Lejos de luz y sin humedad son las medidas esenciales.
¿Cómo desechar las vitaminas caducadas?
Las vitaminas vencidas deben botarse adecuadamente. Nunca la deje al alcance de los niños, ni tampoco las tire al inodoro. Esto puede provocar una contaminación en el agua, en ese orden de ideas, lo mejor es desecharlas en una caneca de basura cuando ya esté a punto de sacarla.
Cable aclarar que su almacenamiento, también es necesario, por eso lo mejor es mantenerlo en sus envases originales, en un lugar fresco y seco. Además, evitar exponerlas a la luz. Algunas como las vitaminas A y D perderán su potencia después de una exposición prolongada.
Asimismo, la refrigeración puede ayudar a extender la vida útil de los productos que son menos estables a temperatura ambiente. Y ellos son:
- Aceite de pescado
- Semilla de lino
- Vitamina E
- Probióticos
Las vitaminas y los micronutrientes son esenciales para la función, el crecimiento y el desarrollo normales de las células. Es importante que si necesita de ellas, las consuma.