Cuando una persona compra un medicamento en una farmacia, pocas veces se pregunta cómo se fabricó el producto, de dónde salió y qué proceso atravesó para llegar finalmente a estar a la venta y ser consumido. Los medicamentos no son fórmulas mágicas, no se hacen en calderos invocando espíritus y acciones divinas. La fabricación se realiza con procesos muy exactos y validados científicamente. En un inicio eran los químicos quienes mezclaban sustancias para que diera como resultado un compuesto determinado. De esta forma, se consolidó a partir del siglo XIX la fabricación de medicamentos mediante procesos químicos. Lo anterior demuestra que estas sustancias se obtienen como recetas de cocina previamente estandarizadas. Una cantidad determinada de un compuesto adicionado a otra cantidad determinada de otro, da como resultado el medicamento final. Como es un proceso químico, es fácil de estandarizar, hacer producciones masivas y controlar su calidad. Este es el proceso más común en la industria farmacéutica y son muchos los medicamentos que se fabrican de esta forma. Por ejemplo, el acetaminofén, hoy mundialmente conocido como un fármaco para el dolor. La otra forma de fabricación es mediante los procesos biológicos. A través de este mecanismo se emplean sustancias producidas por organismos vivos como bacterias o parásitos, para desarrollar un medicamento. Un proceso biológico natural es la fermentación. Estos medicamentos son menos comunes que los anteriores pero fueron los que dieron origen a la fabricación mediante procesos biotecnológicos.  Medicamentos biotecnológicosLos medicamentos biotecnológicos son el resultado de un proceso mucho más complejo que los anteriores. En este caso, se busca modificar un organismo vivo en su ADN para que este se convierta en fabricante de alguna sustancia que naturalmente no fabricaría. Como es un proceso que implica la participación de un organismo vivo (un virus, una bacteria o un parásito), ningún medicamento es igual a otro y por eso es indispensable el seguimiento con estudios clínicos para vigilar cualquier reacción secundaria en su uso. En ese sentido, para la industria, el proceso de desarrollo de un biotecnológico es largo y costoso. Desde el diseño y descubrimiento de un molécula, hasta su comercialización, puede contemplarse hasta 15 años.  Muchas veces el diseño de la molécula se realiza en laboratorios básicos de universidades y en centros de investigación independientes. La gran inversión se cumple en los estudios preclínicos. En esta etapa participan grandes presupuestos que solo reconocidas industrias multinacionales pueden hacer. Se calcula que, hasta lograr la comercialización, la inversión total puede llegar a 1,2 billones de dólares. En conclusión, el proceso de investigación, fabricación y comercialización de los medicamentos biotecnológicos es distinto al de otros fármacos y exige un control de calidad más detallado. Su uso y su futuro Los medicamentos biotecnológicos representantes grandes avances en el tratamiento a varias enfermedades como la diabetes, la osteoporosis y la hepatitis. Las enfermedades de la sangre también se tratan con este tipo de moléculas. En total, se han registrado en el mundo más de 200 terapias de este clase. Incluso, con el aporte de esta tecnología se han alcanzado logros positivos en la vacunación. Cada año el número de medicamentos biotecnológicos aumenta y este crecimiento representa una esperanza y una mejor calidad de vida para muchos enfermos. La comunidad científica asegura que estos medicamentos son el futuro en cuanto a los tratamientos de las enfermedades. A medida que la investigación crece y aumenta así mismo la posibilidad de modificar los genes, tratamientos para enfermedades como el cáncer tienen un panorama optimista. Incluso se habla sobre la terapia individualizada, en la cual se fabrica un medicamento específico para cada persona. El costo para el sistema de salud Queda claro que el costo de producción de los medicamentos biotecnológicos es alto, y que por sus características de control, no se pueden comparar con los fármacos desarrollados a través de procesos químicos. Aunque la discusión inicial es el costo de la compra, debe tenerse en cuenta que este tipo de medicamentos reduce los costos en el tratamiento de ciertas enfermedades. En ese sentido, algunos gobiernos incentivan la formulación de los medicamentos biotecnológicos a través de subsidios económicos. En estos países se ha comprobado una reducción en el tiempo de incapacidad y en el número de hospitalizaciones en ciertas patologías, cambios que representan un ahorro en la economía nacional. Ante el futuro de los medicamentos biotecnológicos, el reto es lograr una reglamentación que asegure la calidad de los productos y una competencia libre en el mercado que permita disminuir los costos sin sacrificar la seguridad del fármaco, un gran desafío para el sistema de salud. *Médico y cirujano plástico. Asesor médico de Semana.com