La alimentación, que es el conjunto de lo que se consume y de lo que se evita, juega un papel sumamente importante en la salud. A fin de poder tener un funcionamiento correcto en los órganos y sistemas, el cuerpo necesitará recibir vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales.
No obstante, esta recepción de componentes podría frustrarse o dificultarse si se come de manera desmedida o si se ingieren productos que contengan más efectos secundarios que beneficios. De hecho, no llevar un orden en ese aspecto de la vida puede tener consecuencias más graves de lo que podría pensarse.
Tal es el caso que la Organización Mundial de la Salud advierte al respecto.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, dice la entidad internacional.
Y es que como se mencionó en la declaración anterior, existen enfermedades relacionadas o propiciadas por los desórdenes alimenticios. Una de las que puede tener que ver con ello es la aparición pronunciada de las várices.
De acuerdo a la OMS, estas son “dilataciones de las venas que con frecuencia son tortuosas”. Asimismo, la Clínica de la Universidad de Navarra comenta que “todo el proceso que lleva a la insuficiencia venosa crónica está favorecido por el ortostatismo por lo que cualquier persona puede padecer la enfermedad”.
Sin embargo, es más común que se presente en las mujeres que en los hombres, así como también se da más en personas obesas o cuya actividad profesional les requiere estar la mayor parte del tiempo de pie.
Ya sobre lo que las várices causan, el mencionado instituto español indica que “el cuadro clínico es variado e incluye desde el paciente asintomático, cuya única preocupación es el problema estético que comporta la existencia de varices, al paciente con la sintomatología característica, (piernas pesadas, dolor, calambres y sensación de cansancio permanente, que mejora con el reposo, la elevación de la extremidad y el frío y empeora con la bipedestación y el calor)”.
A pesar de ello, en casos donde ya la condición esté más avanzada pueden producirse cambios en el color de la piel y hasta úlceras de estasis. Algunos síntomas habituales son las piernas pesadas, el dolor o calambres.
De esta manera, será importante conocer las causas de las várices entre las que se destaca “la circulación sanguínea. Esta, gracias a las arterias, asegura el aporte de oxígeno a los diferentes órganos y tejidos, y, gracias a las venas, el retorno al corazón de la sangre pobre en oxígeno”, conforme a lo que dicta el claustro académico citado.
La universidad también señala que “para realizar esa función de retorno diferentes mecanismos permiten vencer la fuerza de la gravedad. Cuando alguno de esos mecanismos falla, la sangre se estanca en las venas, sus paredes se dilatan y su estructura y función se alteran apareciendo los síntomas”.
Alimentos que no debe comer si sufre de várices
Por tratarse de un problema con incidencia en el flujo sanguíneo, hay alimentos que hacen que los efectos se agudicen, pues harán que los canales de transporte de la sustancia o el contenido de la misma se afecten.
Algunos de los que deben evitarse son las bebidas alcohólicas, el café, el chocolate, los quesos, la mantequilla, los lácteos enteros, los dulces, las salsas, las comidas picantes, las frituras, los snacks empaquetados, los frutos secos, los embutidos, la yema de huevo, las aceitunas y las grasas saturadas.