La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos y depende del trabajo que realiza el corazón.

La hipertensión y la cardiopatía representan algunas de las mayores preocupaciones a nivel global para las autoridades de salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que, debido al crecimiento en la industria de los alimentos procesados, ha aumentado la cantidad de sal que llevan las comidas, lo que juega un papel clave en estas enfermedades.

Este organismo resalta que las consecuencias de la hipertensión para la salud suelen ser crónicas y de gravedad, afectando varios órganos de manera significativa. Adicionalmente, padecer de presión alta aumenta el riesgo de sufrir cardiopatías, encefalopatías, nefropatías y otro tipo de enfermedades y advierte que la hipertensión es una de las causas principales de muerte prematura en el mundo.

Otro dato preocupante, según la OMS, es que solo una de cada 5 personas hipertensas tiene controlada la enfermedad, lo que quiere decir que las restantes tendrán consecuencias a largo plazo en su salud, con el desarrollo de otras enfermedades o afectaciones de otros órganos.

De acuerdo con expertos, a medida que la enfermedad avanza, las paredes de las arterias se van afectando de manera lenta y progresiva, generalmente estas se debilitan y su diámetro se estrecha, provocando aterosclerosis, trastorno que suele ser el principal causante de los accidentes cerebrovasculares y otro fallos circulatorios.

La hipertensión también fomenta la aparición de aneurismas (áreas inflamadas y debilitadas en una arteria), que pueden romperse y ocasionar sangrado interno o derrames cerebrales.

Por otro lado, según el portal Consultor Salud, las personas con hipertensión pueden ver reducido el flujo sanguíneo hacía el cerebro, lo que puede provocar a largo plazo problemas de memoria. Este sitio web asegura que hay estudios que han vinculado la hipertensión con el desarrollo de demencia y otros padecimientos similares.

Efectos en el cerebro

También se pueden presentar efectos en el cerebro. Las arterias se vuelven rígidas y estrechas, provocando la falta de oxígeno y el consiguiente accidente cerebrovascular transitorio o el infarto cerebral; pero también las arterias pueden romperse y causar una hemorragia cerebral, según el HC Marbella International Hospital, de España.

Por otra parte, la presión arterial alta disminuye el riego de los riñones, órganos que filtran toda la sangre de impurezas, además puede afectar los procesos normales de eliminación de desechos que realizan estos órganos desembocando en una insuficiencia renal que incluso puede llevar a que la persona requiera diálisis. Además, la propia enfermedad del riñón puede incrementar los niveles de hipertensión.

Otra de las afecciones que puede generar la presión arterial elevada está relacionada con daños en los vasos sanguíneos que irrigan la retina. Esta se encarga de proyectar las imágenes al nervio, que las llevará al cerebro. Así que los daños en la retina pueden provocar graves afectaciones en los ojos.

Lo que puede suceder es que si no llega suficiente sangre a estos órganos, el nervio óptico puede atrofiarse de forma irreversible, dejando como consecuencia también daños en la visión que no pueden curarse.

Por otro lado, la hipertensión puede tener incidencia en los vasos sanguíneos que rodean a la retina. Esto causa que aumente su permeabilidad y que, por ende, se filtre sangre lo que puede ocasionar hemorragias o derrames oculares.

La hipertensión puede afectar a todo el árbol arterial del cuerpo, provocando también impactos en los miembros inferiores e incluso puede impactar las arterias de los órganos masculinos produciendo impotencia.

La obesidad puede ser una de las causales de la hipertensión.

Tratamiento

Según el diario Medical News Today, los cambios en el estilo de vida representan el tratamiento estándar de primera línea para la hipertensión. Lo primero es realizar ejercicio físico de forma regular. Esto puede incluir caminar, correr, pasear en bicicleta o nadar.

También es importante evitar el estrés o desarrollar estrategias tendientes a reducir lo niveles de tensión en el cuerpo y evitar el consumo de alcohol, drogas y tabaco.

Además de estas recomendaciones, las personas con presión arterial alta, por encima de 130/80 podrían utilizar medicamentos para tratar la enfermedad. “Normalmente, los fármacos se empiezan de uno en uno con una dosis pequeña. Los efectos secundarios que se asocian con los medicamentos antihipertensivos suelen ser insignificantes”, afirma la mencionada publicación.

Todo esto debe ir acompañado de una dieta saludable que le permita a la persona tener un peso saludable, evitar la obesidad y el incremento de los niveles de colesterol y triglicéridos.