El colesterol es una sustancia cerosa necesaria en cantidades moderadas para que el cuerpo pueda desempeñar funciones indispensables para su funcionamiento, entre las que se encuentran: crear vitamina D, hormonas y células. Cabe mencionar, que el mismo organismo se encarga de producir los niveles que el cuerpo requiere de este lípido para las funciones mencionadas anteriormente.

Sin embargo, cuando un paciente lleva una vida sedentaria y consume de manera desmedida alimentos ultraprocesados y ricos en grasas saturadas, los niveles de este compuesto se elevan y al cuerpo le es imposible procesar toda esa cantidad. Incluso el cuerpo de algunas personas, pese a llevar una alimentación sana, produce más lípido del que debería, debido a factores hormonales o hereditarios.

Cuando una persona tiene los niveles elevados de colesterol, esta sustancia se empieza a adherir a las paredes de las arterias, impidiendo la libre circulación de la sangre, lo que alargo plazo puede generar en un infarto o ataque al corazón.

Según una nueva revisión de estudios publicada en el British Journal of Sports Medicine, las personas con niveles poco saludables de colesterol en la sangre son más propensas a desarrollar dolor o alteraciones estructurales en los tendones.

Cuando aumenta el riesgo de que una persona padezca de enfermedades cardiovasculares, gracias a los niveles desmedidos de esta sustancia, también hay un riesgo de que aparezcan trastornos músculo-esqueléticos, como las lesiones en los tendones, destacó James E. Gaida, de la Universidad de Canberra y de la Universidad Monash, ambas en Australia y coautor del estudio.

“Los tendones conectan los músculos con los huesos y la tendinopatía es una enfermedad en que una persona siente dolor cuando usa sus tendones”, así lo afirmó Gaida.

Los tendones y ligamentos de la rodilla se complementan entre sí. | Foto: Jan-Otto

Además, “el hallazgo más interesante es que el patrón de cambios en el colesterol vistos con la tendinopatía era similar al que eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (…) Parece que lo que es malo para el corazón es malo para los tendones”.

Los profesionales que relevaron estos hallazgos analizaron 17 estudios que ya se han hecho acerca del tema, en el que participaron 2 mil personas.

“Gaida comentó que el colesterol forma depósitos dentro de la matriz de los tendones si sus niveles en la sangre son altos. La hipótesis de los autores es que dichos depósitos provocan inflamación en esos tejidos, lo que produce cambios estructurales que hacen que el área sea vulnerable a las lesiones y al dolor”.

En medio de la revisión, se encontró que las personas con niveles elevados de colesterol en la sangre son más propensos a tener problemas en los tendones y a sufrir más dolor asociado con lesiones músculo-esqueléticas en el brazo y el hombro.

“El dolor probablemente se debe a la acumulación del colesterol, que también podría ser genética”, expresó Louis J. Soslowsky, director y fundador del Centro de Trastornos Músculo-esqueléticos de la Universidad de Pensilvania, EU, ajeno al estudio.

Gaida recalcó que la obesidad incrementa el riesgo de que los niveles de colesterol aumente como, también, el dolor en los tendones. “La relación entre el colesterol y la tendinopatía necesita de más investigación, incluida la posibilidad de que una reducción de los lípidos en la sangre con cambios de estilo de vida, como la dieta y la actividad física, puedan ayudar a tratar el dolor de tendones”, concluyó el experto.