Los ronquidos son tan habituales en los seres humanos como los estornudos o los bostezos, asunto con el que muchas personas viven sin mayor inconveniente e incluso pueden contrarrestar con varios productos en el mercado que ayudan a abrir de forma saludable las vías aéreas.
Sin embargo, no hay que dejar pasar desapercibido cuando estos se generan de una forma fuerte y ruidosa, más si vienen con otros sonidos de ahogo o de semejantes a una arcada, pues ya pueden ser una gran alerta de males como la apnea obstructiva, que puede ser peligrosa e incluso llevar a la muerte a quien la padece.
“Los ronquidos pueden ser normales y no son algo de lo que haya que preocuparse… Cuando se trata de ronquidos fuertes y estridentes, o que son interrumpidos por pausas en la respiración, ahí es cuando empezamos a preocuparnos”, afirma para CNN la especialista del sueño Rebecca Robbins, instructora de la división de medicina del sueño de la Facultad de Medicina de Harvard.
Se dice que hay casi 100 millones de personas alrededor del mundo que padecen apnea del sueño y la mayoría ni siquiera están diagnosticados, convirtiéndolo en un enemigo silencioso y letal que debería tener más visibilización y cuya información debería ser de fácil acceso, pues pasa por una condición cotidiana de las personas.
Cabe destacar que hay que hacer la diferencia entre apnea obstructiva y la apnea central del sueño. La primera es cuando se genera una obstrucción de las vías aéreas a causa de unos tejidos blandos débiles, pesados o relajados. Por otro lado, la segunda se da cuando al cerebro se le olvida momentáneamente enviar las órdenes al cuerpo para que respire.
“Haces el esfuerzo con el vientre y el pecho para intentar que el aire entre y salga, pero debido a la obstrucción en las vías respiratorias superiores, no puedes. Con frecuencia no se es consciente de esta lucha, pero puede ser muy, muy aterradora para cualquiera que la observe”, declara el Dr. Raj Dasgupta, especialista del sueño y profesor asociado de medicina clínica en la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California.
Lo pero del caso es que este mal no solo genera un esfuerzo sobrehumano del cuerpo quien la padece cuando se presenta en medio del sueño, también desencadena una serie de enfermedades que afectan diferentes órganos, tal como informa la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, como hipertensión, afecciones cardíacas, diabetes tipo 2 o depresión, además de una posible muerte.
¿Cómo se detecta?
Los ronquidos son el primer síntoma que se debe tener en cuenta y se deben observar de la de una forma objetiva, determinando que tan alto es su sonido y a qué se podría asemejar. El doctor Dasgupta menciona que varios acompañantes de sus pacientes han descrito estos ronquidos como “estridentes”, que se pueden escuchar a través de puertas y paredes y que incluso pueden sonar como un ruido de una “escena de Jurassic Park”.
Otra de las alertas es la presión arterial alta, pues cada vez que el cuerpo tiene dificultad para respirar sube su presión sanguínea y genera, a la vez, hormonas del estrés llamadas catecolaminas, que colaboran a este mal.
El Índice de Masa Corporal también puede ser una señal de alerta, pues a más masa más probabilidad de que el exceso reincida en los tejidos blancos y se presente la obstrucción, por eso cuando las personas son diagnosticadas con obesidad (un IMC mayor a 35) son alertadas de este mal y se les recomienda bajar de peso para evitar o contrarrestar este mal.
También hay que tener en cuenta que los hombres son más propensos a este tipo de apnea por tener, en su mayoría, más masa en la zona que va desde el cuello hasta el abdomen, por ende hay más predisposición a sufrir de este mal, por eso se recomienda observar muy bien los ronquidos para detectar a tiempo alguna anomalía.