La sal se ha convertido en uno de los ingredientes más importantes y utilizados en las cocinas, por lo que se dificulta encontrar un hogar alrededor del mundo donde no haya este elemento. A pesar de ello, consumir sal en exceso tradicionalmente ha sido considerado una práctica nociva.
Este mineral, cuya fórmula química es NaCl, está regulado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) como un ingrediente “generalmente reconocido como seguro” (GRAS).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que el elevado consumo de sodio (sal) aumenta la posibilidad de tener hipertensión arterial y presentar enfermedades cardíacas como cardiopatía y accidente cerebrovascular.
El sodio es necesario en el organismo para el correcto funcionamiento y equilibrio de músculos, fluidos corporales y nervios, pero la cantidad requerida para ello es muy pequeña. Según la OMS, las personas consumen a diario de 9 a 12 gramos de sal, eso significa el doble de la ingesta máxima recomendada por los médicos.
Las Guías Alimentarias de Estados Unidos informadas por los Departamentos de Salud y Servicios Humanos (HHS) y de Agricultura (USDA) de Estados Unidos “recomiendan que la mayoría de las personas no consuman más de 2.300 miligramos de sodio al día, o aproximadamente una cucharadita de sal de mesa”.
Las consecuencias que podrían presentarse por una ingesta excesiva de sal en organismo son variadas y dependen de la reacción de cada organismo y las comorbilidades que tenga cada persona. Entre las consecuencias más comunes, según el portal Mejor con Salud, están:
1. Retención de líquidos: el medio informa que cuando se come sal en exceso puede haber problemas en los riñones pues tienen que trabajar más de lo normal. Esto provoca que almacenen agua en grandes cantidades y se complique su eliminación.
2. Problemas cognitivos: aunque los efectos de la sal no están comprobados por completo en este sentido, se especula que su ingesta excesiva puede provocar problemas cerebrales. Se ha dicho que, incluso, puede provocar déficit de atención.
3. Enfermedades gástricas: el exceso de sal puede provocar trastornos digestivos, entre estos, el desarrollo de la Helicobacter pylori, una bacteria que produce acidez estomacal. Esto se debe a que el sodio daña paulatinamente la capa de mucosidad que tiene el estómago dejándolo más propenso a este tipo de afecciones.
4. Problemas del corazón: no permite que los músculos del corazón funcionen correctamente pues aumenta la presión sanguínea que puede derivar en hipertensión y, si no es tratada, en ataques al corazón. El Instituto Mexicano del Seguro Social de México informa que también se pueden generar accidentes cerebrovasculares.
5. Osteoporosis: de acuerdo con el portal especializado Health Line el consumo excesivo de sal puede hacer que el organismo pierda calcio. En ese sentido, recomiendan evitar alimentos que contengan más del 20 % del valor diario recomendado de sodio.
6. Asma: una investigación del Hospital de Leicester (Reino Unido), citada por Mejor con Salud, afirma que aquellas personas que sufren asma y tienen una dieta rica en sodio, tienen más posibilidades de sufrir complicaciones.
A pesar de lo anterior, es importante no suspender la sal por completo de la dieta sin recomendación de un médico. Los cambios en la alimentación deben ser siempre consultados con un especialista, de esta forma no se interviene en tratamientos médicos o se agravan afecciones preexistentes.
Para quienes les sea necesario reducir la ingesta de sal, se puede hacer paulatinamente para que el impacto en el sabor de la alimentos no sea incómodo. Es posible involucrar en el proceso algunas hierbas aromáticas que ayudan a otorgar sabor y a mejorar los alimentos naturalmente.