Las almendras son un alimento ideal para ser incluido en la dieta diaria. Son versátiles y se pueden consumir durante el desayuno, con yogur, con avena o simplemente entre horas para saciar el hambre.
Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN), este fruto seco aporta proteínas, ácidos grasos monoinsaturados e insaturados, fibra, calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc, potasio, vitamina E, riboflavina, tiamina, niacina y folato.
Al respecto, el portal Cuerpo Mente asegura que con casi 20 gramos de proteínas por cada 100 de peso las almendras son una buena fuente de aminoácidos esenciales. De igual forma, le aportan al organismo carbohidratos de absorción lenta y grasas saludables.
“El 54 % de peso de la almendra seca se debe a su contenido en ácidos grasos, cuyo tipo responde al patrón más saludable: el 65 % son monoinsaturados, como los del aceite de oliva, el 26 % poliinsaturados y solo una pequeña parte, menos del 10 %, corresponde a grasas saturadas”, precisa el mencionado sitio web. También aporta diversa cantidad de minerales como calcio, magnesio, hierro y manganeso.
A esto se suma que este fruto seco es fuente de vitamina E. Un total de 30 gramos de almendras cubren alrededor del 63 % de las necesidades diarias. Esta es una vitamina liposoluble capaz de inhibir la oxidación de las grasas.
Los expertos recomiendan el consumo de este alimento, de acuerdo con el nivel de actividad física. Una publicación del medio digital Business Insider, indica que lo aconsejable es comer entre 10 y 20 almendras diarias. Cuando se lleva una vida sedentaria lo recomendable es la primera opción, mientras que si hay un esfuerzo físico lo mejor es incrementar su ingesta. Las almendras más sanas son las tostadas o al natural, y sin sal añadida.
Beneficios de comer este fruto seco a diario
- Aliadas de la pérdida de peso: Gracias a que brindan sensación de saciedad por su contenido de proteína y fibra, las almendras ayudan a regular el peso. Además, el magnesio de estos frutos secos puede regular los niveles de azúcar en la sangre, evitando los antojos y picos de glucosa, asegura Business Insider.
- Buenas para el cerebro: Su riqueza en ácidos grasos insaturados y en fósforo hacen que este alimento sea beneficioso para potenciar el rendimiento intelectual y alimentar el cerebro. Contribuye a prevenir las pérdidas de memoria y los cambios de humor.
- Protegen el corazón: Según datos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, tomar una ración de almendras a diario evita el desarrollo de enfermedades cardíacas. Además, la dosis de vitamina E, magnesio y antioxidantes de este alimento lo convierte en uno de los mejores frutos secos para el corazón.
- Previenen el cáncer colorrectal: Las almendras contienen altos niveles de fibra que ayudan a que los alimentos se muevan fácilmente por el tracto digestivo, previniendo el desarrollo de afecciones como el estreñimiento y la posible formación de cáncer de colon.
- Contra la hipertensión: Estos frutos secos son fuente de magnesio, mineral que disminuye la resistencia bascular y contribuye a reducir la tensión arterial, evitando problemas como la hipertensión.
- Buen ánimo: El magnesio también ayuda a relajar el sistema nervioso. Adicionalmente, las almendras son fuente de triptófano y tirosina, un aminoácido que interviene en la producción de dopamina, una de las hormonas de la felicidad.
- Contra el envejecimiento: La vitamina E contenida en estos frutos ayuda a evitar el envejecimiento de la piel. En una investigación publicada en Phytotherapy Research, se planteó que un grupo de personas tomaran dos puñados de almendras, unos 60 gramos diarios, durante cuatro meses, para luego comprobar el aspecto de su piel. Al final del periodo de 16 semanas, se concluyó que la profundidad y al ancho de las arrugas faciales había disminuido hasta un 10 %, lo que evidencia la ayuda que brinda para que las personas puedan lucir más jóvenes.
- Sistema inmune: Según Cuerpo Mente, la almendra también refuerza el sistema inmunitario gracias a antioxidantes como la vitamina E, la quercetina, el manganeso y el zinc.