La actividad física que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía es muy beneficiosa para la salud, pues la organización señala que esta puede mejorar el estado muscular y cardiorrespiratorio, mejorar la salud ósea y funcional, reducir el riesgo de hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes, varios tipos de cáncer (entre ellos el cáncer de mama y el de colon) y depresión, reducir el riesgo de caídas, así como de fracturas de cadera o vertebrales y, ayuda a mantener un peso corporal saludable.

Asimismo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que “la actividad física es fundamental para la salud y el bienestar, ya que puede ayudar a añadir años a la vida y vida a los años [...]. Cada movimiento cuenta, especialmente ahora que estamos haciendo frente a las limitaciones derivadas de la pandemia de la covid-19. Todos debemos movernos cada día, de forma segura y creativa”.

De hecho, explicó que a nivel mundial, uno de cada cuatro adultos no alcanza los niveles de actividad física recomendados que, según la OMS, deberían realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.

Asimismo, indicó que a nivel mundial, las mujeres son menos activas (32 %) que los hombres (23 %) y la actividad se reduce a mayores edades en la mayoría de los países.

Además, reveló que las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre 20 % y 30 % mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.

No obstante, al momento de hacer ejercicio las personas se preguntan cuál es la mejor hora para hacerlo y los expertos aseguran que es una cuestión de preferencia, gusto y horarios, pero lo importante es cumplir con los objetivos diarios.

De todos modos, unos expertos señalaron que hacer ejercicio en la noche tiene grandes beneficios para la salud, pues reduce el estrés del día y por tal motivo mejora la calidad del sueño, pero es importante señalar que el deporte no puede ser muy intenso, pues el entrenamiento de alta intensidad, el levantamiento de pesas, el ciclismo o la natación lo que ocasiona es aumentar la temperatura corporal, acelerar la frecuencia cardiaca y estimular el sistema nervioso, lo cual dificulta el proceso de dormir, según explicó la Revista Glamour.

No obstante, si por cuestiones de tiempo u otras razones, se toma la decisión de hacer ejercicio en las noches, a la revista publicó algunas recomendaciones como, por ejemplo, evitar las bebidas estimulantes, tomar un baño con agua tibia después de realizar ejercicio, evitar los dispositivos electrónicos antes de dormir y comer algo ligero para evitar la pesadez y poder descansar.

Respecto a la alimentación, es importante señalar que el ejercicio debe estar acompañado de un buen plan de alimentación que esté balanceado y contenga frutas, verduras, proteínas, grasas, carbohidratos y todos los nutrientes que el cuerpo necesita.

Así las cosas, estos son algunos de los alimentos que recomiendan los expertos comer antes y después de hacer ejercicio:

1. Banano.

2. Pollo con arroz.

3. Pescado.

4. Huevos.

5. Leche de soja.

6. Batidos.

7. Frutos secos

8. Avena.

9. Aguacate.

Ahora bien, es importante consultar a un experto para que guie el proceso pues, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.