Siendo una de las hierbas más utilizadas en la medicina natural, la manzanilla tiene muchos beneficios para el organismo ya que sus propiedades curativas han sido mencionadas a lo largo de los años y, a la fecha, algunos estudios han comprobado su efectividad.

La manzanilla es una planta a la que se le otorga varios beneficios por tener propiedades antibacterianas, antiespasmódicas, estimulantes de la cicatrización, antidiarreicas, analgésicas, antiinflamatorias, antioxidantes, anticancerígenas y calmantes.

De acuerdo con un estudio publicado en el National Center for Biotechnology Information (NCBI), las flores secas de manzanilla contienen terpenoides y flavonoides, que contribuyen a sus propiedades medicinales.

La manzanilla es una de las hierbas aromáticas más usadas desde la antigüedad | Foto: Libre de derechos

Estas propiedades evitan la oxidación de las células de grasa, ayudando a equilibrar los niveles de colesterol total y colesterol llamado “malo” en la sangre y tiene la capacidad de aliviar diversas dolencias como los problemas digestivos, además de ser un calmante natural.

Según el portal Alkanatur, el efecto sedante de la manzanilla ayuda a mantener un control sobre la hormona cortisol, la cual disminuye la efectividad del sistema inmunológico, haciendo más propensas las infecciones por virus y bacterias.

Como calmante natural, la manzanilla ayuda a dormir bien e incluso a disminuir la ansiedad ante situaciones estresantes, según el mismo portal, que asegura que las flores secas de manzanillas contienen compuestos activos como los flavonoides.

El té de manzanilla es un gran aliado para el organismo. | Foto: Libre de derechos

La planta es muy usada después de una comida o aquella sensación de pesadez y flatulencia, ya que tiene diversos beneficios para mejorar la digestión actuando sobre la mucosa del tracto gastrointestinal, ayudando a relajar la musculatura, según Alkanatur.

Además de esto, gracias a sus propiedades antimicrobianas podría evitar el crecimiento de la Helicobacter Pylori, una bacteria que aumenta el riesgo de formar gastritis y úlceras estomacales.

De acuerdo a un estudio publicado en Journal of Endocrinological Investigation el consumo diario de esta hierba en forma de infusión puede ayudar a controlar el índice glucémico, es decir, la cantidad de azúcar en sangre.

El consumo de este té ayuda a la buena digestion | Foto: Getty Images

Los investigadores evaluaron el impacto del consumo de infusiones de manzanilla en el control glucémico y el perfil de lípidos en personas con diabetes tipo 2. Encontraron que los compuestos de la planta tienen un efecto moderado en la homeostasis de ambos.

Por otro lado la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana específica que hierbas como la manzanilla tienen propiedades que ayudan a erradicar por completo el mal aliento o, por lo menos, a disminuirlo considerablemente.

El efecto antiinflamatorio y antioxidante de la manzanilla, promueve una piel más sana, permitiendo evitar irritaciones de la piel, eczemas frecuentes y alergias, asegura la publicación del portal Alkanatur.

Té de manzanilla | Foto: Semana

El portal Mejor Con Salud señala que su aporte significativo de quercetina tiene la capacidad de prevenir los descontroles de azúcar después de comer. “Este antioxidante ralentiza la absorción de glucosa en el intestino, dándole tiempo suficiente al cuerpo para metabolizarla de la forma adecuada”.

Entre los muchos beneficios del té de manzanilla, está la gran utilidad de esta infusión para limpiar el hígado. Los expertos señalan que, para aprovechar el té de manzanilla, también se debe tomar antes de ir a dormir, dado que es ese momento cuando se puede limpiar el organismo.

Las infusiones de manzanilla ayudan a bajar los niveles de glucosa. | Foto: Gettyimages

Así mismo, destacan que la manzanilla ayuda a estimular la expulsión de la bilis de la vesícula, previene de cólicos biliares gracias a sus propiedades antiespasmódicas y sedantes.

De todos modos, antes de consumir alguna infusión, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.