Para nadie es un secreto que el arroz ha estado durante generaciones siendo uno de los alimentos más comunes en la cocina de las familias colombianas, e incluso, de diferentes partes del mundo. Esta semilla es un aliado ideal para acompañar cualquier tipo de preparación típica.
Este grano se cultiva ampliamente y es conocido en sus diferentes variedades. De acuerdo con información de la Fundación Española de la Nutrición, algunas de las presentaciones más conocidas son el blanco de grano largo, blanco de grano medio, blanco de grano corto, arroz integral y arroz aromático.
Asimismo, son muchos los beneficios que se le atribuyen a ese alimento, entre ella se destaca la fuente de energía que contiene, ya que el arroz está compuesto de hidratos de carbono, como el almidón, el cual se absorbe lentamente en el cuerpo y proporciona energía gradual al organismo. Igualmente, según indica ‘Cuerpo Mente’, sus proteínas no poseen gluten, por lo que lo hace un alimento preciso para acompañar de otros ingredientes en un alimentación balanceada.
Ahora bien, para su preparación, es importante pasar el arroz por un remojo previo, ya que esto permite que los granos entren en un proceso de “germinación”, es decir, la “disminución en el contenido de compuestos que nos impiden aprovechar todos los nutrientes que estos alimentos poseen”. De acuerdo con el sitio web ‘El Cajoncito’, lo recomendable es que el tiempo de remojo de entre 8 a 20 horas antes de su preparación, incluso puede ser más, pero no menos.
Con este proceso se pueden obtener resultados que aportarían en el organismo del ser humano, por ejemplo mejora la digestión y el dolor de estómago, síntoma que se relaciona con el desarrollo de muchas enfermedades, que algunas se pueden considerar más simples que otras.
De igual manera, el aprovechamiento de sus minerales reduce la formación de gases, mejorando la calidad de la flora intestinal, así como permite retirar algunos componentes que pueden ser dañinos como el arsénico.
Algunas de las recomendaciones de los expertos es combinar el arroz con otras preparaciones para disfrutar de sus beneficios y regular su consumo para evitar posibles afectaciones en la salud por su consumo. Entre las combinaciones sugeridas se encuentra el arroz con caldos, con jengibre, con verduras y hongos, así como reemplazar el arroz blanco por el integral.
En efecto, la recomendación está en que el alimento que da alrededor del 20 % del suministro de energía alimentaria del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), no sea combinado con productos de su mismo grupo.
Armijos dice que para evitar el alto consumo de carbohidratos, se puede acompañar un plato de arroz integral o blanco con “vegetales para darle mayor aporte de fibra, vitaminas y minerales. Por ejemplo, arroz con pimientos, perejil, coliflor o con brócoli”.
De acuerdo con los comentarios dados en la revista Glamour por la doctora española María Victoria Ramírez del Yerro, nutricionista de Clínicas Dorsia, “en una dieta equilibrada podemos comer pasta y arroz dos o tres veces por semana. La cantidad indicada de cada ración son 150 gramos (unas cinco cucharadas soperas) de pasta o arroz ya cocidos”.
A su vez, la especialista recomienda comer este cereal, ya sea blanco o integral, en la comida del medio día -almuerzo- y evitarlo para la cena.
Pero si no se cuenta con arroz en casa, se puede remplazar por otro producto integral. Entre los más cercanos, ‘El Comidista’ dice que está la cebada, la quinua, el trigo sarraceno y la avena.
Por último, es preciso decir que antes de adoptar un consumo diario de arroz integral lo mejor es consultar con expertos y tener un seguimiento nutricional, pues no todos los organismos lo reciben de la misma forma.