Los constantes y desmedidos aumentos en la temperatura hacen que las personas cambien sus hábitos de cuidado personal. Las veces al día en que se bañan, la cantidad de ejercicio físico que hacen o la manera de limpiar su piel son algunas de las modificaciones que se dan en el día a día de quienes padecen por esa situación climática.

En ese sentido, uno de los puntos que más tienen la atención de las personas es la manera en que se lavan el rostro. Para ello, muchos deciden aplicarse agua fría con o sin jabón, a fin de tener una sensación de frescura, limpiar el sudor y eliminar la grasa. Algunos, inclusive, colocan hielo para tener un impacto mayor.

El agua fría es de uso común para limpiar o desmaquillar.

De acuerdo con lo que le comentó el experto en cosmetología y profesor, Maurizio Pupo, a Terra, “el hielo es un potente antiinflamatorio natural, además de analgésico e vasoconstrictor, y cuando entra en contacto con la piel, por medio del agua fría directamente o a través de un recipiente con hielo, los poros inmediatamente se reducen por contracción. Asimismo, ayuda a reducir la hinchazón y el enrojecimiento”.

A su vez, el especialista reconoce que “debido a las propiedades antiinflamatorias y vasoconstrictoras del hielo, la técnica contribuye a estimular el flujo sanguíneo, reducir la hinchazón, mejorar las ojeras, reducir los poros dilatados, controlar la oleosidad e incluso combatir la inflamación en el acto”.

Lo recomendado es que la aplicación sea sencilla y frecuente, mejor en la mañana que en cualquier otro momento del día. Lo primero será lavarse la cara con jabón especial para su tipo de piel, después colocará agua fría y hielo en un recipiente, remojará el rostro por unos segundo y retirará el agua. El proceso puede repetirse de 3 a 5 veces al día.

Cabe mencionar que es importante tener contacto constante con el dermatólogo para que le dé orientaciones específicas dependiendo de la cantidad de grasa que despide normalmente.

Limpiar el rostro ayudará a la piel.

¿Es mejor tomar agua fría o al clima?

Por otra parte, ya en el momento de beber el agua, es importante tener varios puntos en cuenta.

Tomar cantidades adecuadas de agua es una de las prácticas más saludables que pueden implementar las personas para garantizar su bienestar y su calidad de vida. De hecho, la evidencia científica ha demostrado que mantenerse hidratado puede tener múltiples beneficios para el organismo.

Hay, sin embargo, algunas dudas frecuentes que pueden tener las personas sobre la forma correcta de tomar agua, la temperatura adecuada a la que debe estar, la cantidad diaria que se debe ingerir y el ritmo al cual se debe consumir.

En cuanto a la temperatura, las investigaciones muestran que puede variar según las necesidades de cada persona. En otras palabras, puede tener beneficios distintos dependiendo de lo que cada paciente esté buscando.

Una investigación publicada por la revista científica The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism mostró que tomar agua fría puede incrementar el gasto energético del organismo y, con ello, favorecer la pérdida de peso. No obstante, este efecto no es lo suficientemente significativo como para combatir condiciones de salud como la obesidad.

Por su parte, el medio español El Confidencial advirtió que el consumo de agua al clima puede ayudar a que las personas se hidraten más debido a que tomar el líquido de esta forma es mucho más fácil y, por lo tanto, favorece que las personas tomen más cantidades.

A su vez, el portal web GQ de México advirtió que tomar agua caliente puede favorecer la digestión, pues no solo relaja el tracto gastrointestinal, sino que también ayudaría a descomponer los alimentos con mayor facilidad.

Tomar agua fría puede tener múltiples efectos en el organismo. | Foto: Jamie Grill Photography

En cuanto a la cantidad adecuada que se debe tomar diariamente, hay distintas opiniones al respecto. La Clínica Mayo de Estados Unidos, por ejemplo, señala que la principal función del consumo de agua debe ser restaurar los líquidos que el cuerpo gasta todo el tiempo.

“Todos los días pierdes agua a través de la respiración, la transpiración, la orina y las deposiciones. Para que tu cuerpo funcione correctamente, debes reponer el suministro de agua consumiendo bebidas y alimentos que contengan agua”, explica la institución médica.