Como es bien sabido, mantener una rutina de higiene adecuada es necesario para conservar y propiciar la buena salud del cuerpo; de lo contrario, se está más expuesto a infecciones y enfermedades por los virus a los que se está expuesto cada día.

Al respecto, un artículo de la Fundación MAPFRE lista ciertas medidas básicas para tener una correcta limpieza personal en el día a día, previniendo el desarrollo de afecciones que puedan deteriorar el estado del organismo.

La principal es el lavado de manos, cuya relevancia quedó demostrada durante la pandemia del coronavirus, que obligó a extremar las prácticas de higiene y desinfección. Como detalla la organización sin ánimo de lucro, la importancia de lavar constantemente las manos está en que las personas, consciente o inconscientemente, están en contacto con superficies que alojan gérmenes y que se quedan en esta parte del cuerpo.

Woman Taking Shower Enjoying Water Splashing On Her, Side View | Foto: derechos de autor no

Igual de necesario es tomar una buena ducha que, además de relajar el organismo, ayude a eliminar todos los residuos que se acumulan a lo largo de la jornada, en los diferentes escenarios en los que actúan las personas cada día, como el transporte público, la oficina, los restaurantes, entre otros.

Aunque no es así para todas las personas, bañarse implica todo un ritual, que va desde escoger el momento preciso para hacerlo hasta los productos de hidratación que aplicar luego de la ducha. En la rutina de cuidado que se tenga está la clave para conservar el estado de la piel, su firmeza y elasticidad.

¿Es malo bañarse después de comer?

Usualmente, las personas optan por bañarse en la mañana, antes de dirigirse a realizar sus actividades cotidianas. Hay quienes lo hacen antes de desayunar, otros, por el contrario, prefieren primero comer y luego dedicar el resto del tiempo a arreglarse antes de salir.

Pese a que parece un tema sin mayor relevancia, los expertos aseguran que hay determinadas recomendaciones que se deben tener en cuenta al elegir en qué momento bañarse. De acuerdo con el portal unCÓMO, uno de los mitos más frecuentes con relación a las duchas es que pueden sentar mal después de comer.

Y puede que esta creencia tenga algo de cierto. Según explica el referido portal, entre las razones que hacen pensar que puede ser menos recomendable tomar un baño luego de una comida es que tiende a costar más trabajo, tal como sucede cuando se practica ejercicio con el estómago lleno.

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“Realizar alguna actividad recién acabado de comer cuesta, porque debemos dividir las funciones de nuestro flujo sanguíneo”, desarrollan la idea.

La temperatura corporal y del agua es otro factor a tener en consideración. Como señala el mencionado portal, una respuesta del cuerpo ante el agua fría es tratar de regular la temperatura, buscando que el organismo esté más caliente. En este sentido, los sistemas encargados del funcionamiento del cuerpo estarían centrando su atención tanto en la digestión como en la temperatura, lo que puede generar molestia.

“Piensa que si tu cuerpo está muy caliente, el agua está muy fría y, además, te encuentras en pleno proceso digestivo, puede que tu cuerpo no lo soporte”, indican.

Ducha | Foto: Archivo Semana

Aunque científicamente el mito no esté comprobado, se sugiere prestar atención a los factores enunciados para escoger el momento del baño. Igualmente, la hora oportuna para tomar una ducha, como aseguran desde Biobiochile depende también del propósito de la ducha.

En este sentido, Mónica Valenzuela, directora de la Escuela de Enfermería de la UDLA, citada por el referido portal, precisa que si lo que se quiere es relajarse después de una extenuante jornada y dormir mejor, un baño en la noche puede ser ideal para que el cuerpo descanse correctamente.

Mientras que las duchas en las mañanas son indispensables para despertar el organismo y mantenerse alerta durante el día, todavía más si es temprano, porque agiliza el resto de la mañana.