Incorporar el huevo a las dietas habituales, en especial las de los niños pequeños y las mujeres embarazadas o lactantes, puede generar beneficios importantes para la nutrición y la salud, pues posee importantes nutrientes esenciales como vitaminas y minerales.

El huevo es un alimento que solo aporta 75 kilocalorías por unidad, pero juega un rol importante en la dieta debido a su composición. Contiene proteínas de alto valor biológico, aminoácidos esenciales (es decir que el organismo no puede formar), ácidos grasos, y como se mencionó, vitaminas y minerales.

Dichos compuestos cumplen un papel antioxidante que ayudan a proteger al organismo de padecer diversos procesos degenerativos (cáncer, diabetes etc.). También aportan al cuerpo calcio, magnesio, fósforo, potasio, selenio y hierro.

A pesar de lo anterior, la revista especializada en estilo de vida y salud UnComo a través del portal Mundodeportivo explicó que el huevo crudo no posee los mismos beneficios que este mismo ingrediente cocinado. De hecho, puede provocar lo siguiente:

  • Dificulta la absorción de algunas vitaminas: una razón por la que no es recomendable comer huevo crudo es porque interfiere en el proceso de absorción de algunas vitaminas en el organismo. “La clara de huevo contiene una proteína llamada avidina que al ingerirse puede impedir la absorción de la vitamina B8, también llamada biotina”, explica UnComo.
  • Intoxicación alimentaria por salmonelosis: aunque el riesgo es bajo, no se aconseja comer huevo crudo porque existe la posibilidad de contraer salmonela, una bacteria que se encuentra presente en algunos alimentos contaminados. Entre los síntomas de la enfermedad están las nauseas, la diarrea, el dolor muscular, fiebre, entre otros.
  • Es más difícil de digerir crudo que cocinado: el huevo crudo es un alimento difícil de digerir pues contiene una especie de proteínas que al organismo se le dificulta romper y procesar.

Por otro lado, existe una variedad de mitos alrededor del consumo de huevo cocinado, por lo que el portal especializado Mejor con Salud, listó algunos y confirmó si son o no verdaderos.

1. ¿No consumir huevo si se le observa una mancha roja o marrón?: mentira. Dichas manchas rojas o marrones son algunas células o vasos sanguíneos que se desprenden o se rompen al momento de la postura, es decir, en cuanto la gallina los está poniendo. Por ello, esta condición no significa que el huevo esté dañado.

2. ¿El consumo de huevo aumenta el colesterol?: falso. Es uno de los mitos más comunes alrededor del huevo, sin embargo, el colesterol que puede aportar un huevo a la sangre es mínimo. Uno de tamaño medio aporta solo 200 miligramos de colesterol y el cuerpo produce entre 800 a 1500 miligramos por día de esta sustancia.

3. ¿Entre más rubios, mejores?: falso. El color del huevo depende de la raza de la gallina, por lo que no es una característica que afecte las capacidades nutricionales del mismo.

4. ¿El huevo engorda?: falso. Como se mencionó antes, el huevo solo aporta 75 calorías por unidad.

5. ¿Hay que lavar los huevos antes de su consumo para evitar la contaminación?: falso. “La cáscara de huevo contiene una membrana protectora contra la contaminación de microorganismos. También regula la entrada y salida de aire y la humedad desde el exterior al interior y viceversa”, explica Mejor con Salud.

6. ¿Hay que conservarlos refrigerados?: verdad. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), lo mejor es comprarlos refrigerados y almacenarlos en su caja original a una temperatura de 4 grados centígrados.

7. ¿Se considera un alimento funcional?: verdad. La yema del huevo contiene componentes activos que funcionan como antioxidantes y se pueden relacionar con la salud visual pues está presente la vitamina A. También, gracias a los péptidos que posee, ayuda a prevenir enfermedades crónicas.