Las frutas son clave en una dieta saludable y su consumo ayuda a prevenir diversas enfermedades como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y la obesidad, por lo que su ingesta diaria debe ser una prioridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir por lo menos 400 gramos diarios para obtener sus beneficios de salud y nutricionales.
Por su parte, la Asociación Americana del Corazón considera prudente incluir cinco o más porciones de frutas y verduras al día, pues contienen vitaminas, minerales, fibra y muchos otros componentes que son determinantes para el buen funcionamiento del organismo. Además, estos productos favorecen una adecuada digestión de otros nutrientes que son importantes para mantener el cuerpo saludable.
Dada su importancia y que su consumo debe ser una prioridad, a la hora de ingerir las frutas se deben tomar una serie de precauciones y cuidados. El más importante es lavarlas para evitar contraer algún tipo de intoxicación o infección alimentaria.
Si las frutas y también las verduras no se lavan de manera indicada, las personas pueden exponerse a diversas enfermedades porque muchas veces pueden contener bacterias o gérmenes, toxinas o, incluso, restos de agroquímicos, que ocasionan padecimientos al organismo.
Según el portal Mejor con Salud, es importante tener presente que estos alimentos, que se pueden adquirir en cualquier supermercado o tienda han estado en contacto, por ejemplo, con pesticidas que se pueden ingerir si no se toman las medidas adecuadas para evitar que esto ocurra.
Muchas veces estos alimentos son cosechados con aguas negras y agroquímicos y en caso de no ser así, también a la hora de ser transportados las condiciones higiénicas no necesariamente son buenas, por lo que se pueden contaminar y generar graves afectaciones de salud.
Enfermedades
Una de las enfermedades más comunes relacionadas con el consumo de frutas o vegetales mal lavados es la toxoplasmosis, que sin bien, en general, no es grave para la mayoría de la población, puede ocasionar serios perjuicios a mujeres embarazadas, niños pequeños, ancianos y personas vulnerables debido a déficits de inmunidad.
De igual forma, se puede presentar una intoxicación alimentaria producida por diversas bacterias como la E. coli, que suele presentarse al consumir un alimento contaminado del campo. Los síntomas son diarrea, vómitos y fiebre.
También se puede adquirir la salmonella, que se contrae por comer frutas sin lavar y se manifiesta con fiebre, dolor de cabeza, diarrea, cólicos abdominales y pérdida de apetito. La mayoría de las personas mejora sin tratamiento, pero en niños y mayores puede agravarse.
Otra bacteria a la que se expone el organismo si no se lavan estos alimentos es la shigella, que puede estar en los alimentos contaminados o mal lavados. Se manifiesta con cólicos, fiebre aguda, vómitos, diarrea, sangre en las heces y dolor rectal.
También se puede adquirir la listeriosis, una infección que se desarrolla por el consumo de alimentos crudos mal lavados que contienen la bacteria listeria monocytogenes. Los síntomas van desde escalofríos y fiebre hasta dolor de cabeza, vómitos y malestar estomacal. Se debe tratar con antibióticos.
La OMS explica que las enfermedades de transmisión alimentaria se pueden evitar con una manipulación adecuada de los alimentos.
Recomendaciones
Los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, hacen las siguientes recomendaciones.
En el supermercado
- Escoger aquellas frutas que no estén magulladas ni dañadas.
- Si se compran frutas y verduras precortadas, lo ideal es escoger las que estén refrigeradas o se mantengan en hielo.
- Separar las frutas y verduras de la carne, las aves, los pescados y mariscos crudos cuando se pongan en el carrito de compras y en las bolsas de alimentos.
En la casa
- Lavarse las manos, lavar los utensilios de cocina y limpiar las superficies donde se preparan los alimentos (incluidas las tablas para cortar y los mesones) antes y después de preparar frutas y verduras.
- Lavar las frutas y verduras antes de comerlas, cortarlas o cocinarlas, a menos que el paquete diga que ya fueron lavadas.
- No se recomienda lavar las frutas con jabón, detergente o limpiadores comerciales para frutas y verduras. Tampoco usar soluciones de blanqueador ni otros productos desinfectantes.
- Cortar y desechar las partes de las frutas y verduras que estén dañadas o magulladas antes de prepararlas o comerlas.
- Secarlas con una toalla de papel limpia.
- Refrigerarlas dentro de las dos horas después de cortadas o peladas.