Una pesadilla es un mal sueño que produce fuertes sensaciones de ansiedad, miedo, terror o angustia. Estas afectan los niveles generales de energía y el bienestar mental e incluso son propicias para la aparición de la depresión.
Son diferentes de los que son considerados como sueños ordinarios, porque las personas se despiertan repentinamente, a menudo en las primeras horas del sueño. Además, no deben confundirse con el “terror nocturno”, que suele ocurrir poco después de que las personas se quedan dormidas y lo sienten como si fuera real, según el portal La Vida Lúcida, en su sección de bienestar.
Cabe resaltar que las pesadillas son comunes en niños, pero pueden manifestarse a cualquier edad. Las pesadillas ocasionales por lo general no son motivo para preocuparse, según los expertos de Mayo Clinic.
Ahora bien, el trastorno de pesadillas, en concreto, ocurre cuando las pesadillas se dan con frecuencia, interrumpen el sueño, causan angustia, y problemas con el funcionamiento del día a día o provocan miedo a dormirse.
Síntomas
- La persona está traspirado y el corazón le palpita fuertemente mientras está en la cama.
- Se puede pensar con claridad al despertarse y recordar detalles del sueño.
- El sueño le provoca aflicción y le impide volver a dormir con facilidad a las personas que lo padecen.
- El sueño parece vívido y real, y es muy perturbador y a menudo se vuelve más inquietante a medida que el sueño de desarrolla.
- Por lo general, la trama del sueño está relacionada con amenazas a la seguridad o la supervivencia, pero puedes tener otros temas inquietantes.
- El sueño despierta.
- El sueño hace sentir a la persona enojada, atemorizada, ansiosa o triste.
¿Por qué se producen y qué hábitos inciden más?
Problemas psicológicos
- El pensamiento negativo y los problemas no resueltos tienen un papel muy importante en la definición de los sueños.
- Un estudio finlandés encontró que aquellos que estaban deprimidos o simplemente tenían una actitud negativa hacia la vida también tenían más pesadillas.
- Aunque la depresión es un factor relevante, el estrés diario generalizado también tiene un efecto significativo sobre las pesadillas y la calidad del sueño. El estrés, los conflictos no resueltos y las tragedias personales dan lugar a las pesadillas.
Consumo de alcohol
- Aunque inicialmente el alcohol puede ayudar a conciliar el sueño, el mismo no resulta nada reparador.
Manejo de traumatismos
- Según un estudio de 2015, las pesadillas pueden ser un síntoma importante del trastorno de estrés postraumático. Esto dificulta conciliar el sueño, provocando una sensación de cansancio al día siguiente.
- Algunas personas se despiertan con una sensación de tristeza o miedo después de las pesadillas, lo que les dificulta seguir el ritmo del día siguiente.
- Si esto sucede con poca frecuencia, es normal, pero si es común entonces puede ser un signo de un trauma o memoria dañada.
Rasgos de personalidad
- Un estudio de 2001 sugirió que los rasgos de carácter pueden contribuir a las pesadillas. Por ejemplo, las personas más artísticas y creativas tienden a ser más sensibles y, por lo tanto, a tener pesadillas con más frecuencia.
- El psicoanalista e investigador austríaco-estadounidense del sueño Ernest Hartmann descubrió que aquellos con límites de personalidad “más delgados”, los más receptivos, sensibles y creativos, tenían más probabilidades de tener sueños emocionales más grandes y vívidos.
Efectos secundarios de algunos medicamentos
- Algunos medicamentos pueden contribuir a la aparición de una pesadilla. En particular, los antidepresivos, los medicamentos para la presión arterial, los antihistamínicos y los esteroides son los principales culpables.
- Los medicamentos para la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la reducción del colesterol son menos comunes.