El colesterol es una sustancia fundamental para el correcto funcionamiento del organismo, ya que mantiene las células sanas y es responsable de la producción de hormonas y vitamina D. Sin embargo, niveles elevados de colesterol aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas.
Cuando los niveles de colesterol alcanzan su máximo, se forman depósitos grasos en los vasos sanguíneos, obstaculizando el flujo sanguíneo normal a través de las arterias. Esto puede llevar a la formación de coágulos, provocando a largo plazo ataques cardíacos o accidentes cardiovasculares. A esto se le conoce como colesterol “malo” (LDL), caracterizado por niveles bajos de lipoproteínas, lo que resulta en la acumulación de placas en las arterias.
Existen diversas razones que pueden contribuir al aumento de los niveles de colesterol, incluyendo factores hereditarios y un estilo de vida poco saludable. Sin embargo, es posible tratar y prevenir este problema a tiempo.
Una alimentación deficiente es una de las principales causas de problemas de salud relacionados con el colesterol, junto con el consumo de alcohol y tabaco. Reducir la ingesta de grasas saturadas, presentes principalmente en las carnes rojas y lácteos, ayuda a disminuir el colesterol LDL, según la web Mayo Clinic.
El ejercicio regular también desempeña un papel crucial en el control del colesterol. La actividad física durante al menos 30 minutos, cinco veces a la semana, puede contribuir significativamente a la pérdida de peso y al mantenimiento de la salud cardiovascular. Actividades como deportes, caminatas o montar en bicicleta son recomendadas.
En cuanto al tabaco, dejar de fumar es fundamental para mejorar los niveles de colesterol LDL y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Los profesionales resaltan que solo 20 minutos después de dejar de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca vuelven a niveles saludables.
¿Es bueno beber cerveza cuando se tiene el colesterol alto?
La ingesta de alcohol no solo representa un riesgo para el colesterol LDL, sino para otros problemas de salud como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardíaca y los accidentes cerebrovasculares. Los expertos sugieren que las personas sanas pueden consumir bebidas alcohólicas con moderación.
Según señalan en su página web, “para los adultos sanos, esto implica un máximo de una copa al día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas al día para los hombres menores de 65 años”.
En el caso de pacientes con niveles elevados de colesterol, el consumo de alcohol no es muy recomendable, ya que puede afectar significativamente los niveles de triglicéridos en la sangre. Mayo Clinic advierte que “beber en exceso puede aumentar el nivel de colesterol total”.
La mejor opción para quienes padecen de colesterol alto es priorizar una alimentación saludable, siempre consultando con el médico antes de realizar cambios en la dieta, y evitar el consumo excesivo de cerveza, además de mantener una rutina de ejercicio regular.
Según la Fundación Española del Corazón (FEC), para controlar el colesterol LDL, es recomendable incluir en la dieta alimentos como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado azul, aceite de oliva y frutos secos. Sin embargo, existen ciertos alimentos especialmente efectivos para reducir los niveles de colesterol, como las nueces, los hongos, las semillas de girasol, los arándanos y la avena.