La naturaleza siempre ha dotado a los seres que viven en este planeta con todo lo necesario para subsistir, otorgándoles elementos que no solo les sirven de alimento, sino también de ayudas orgánicas para contrarrestar enfermedades, dolencias, heridas y hasta sanar emociones que a veces son negativas. Uno de estos elementos es el jengibre, que desde hace muchos años ha estado paralelo a la historia de la humanidad y todo gracias a los beneficios que brinda.
El jengibre tiene su origen en una planta del sudeste asiático. Se caracteriza por tener un olor y sabor fuertes, ácidos y muy picosos, que se han convertido en parte de sus bondades a la hora de ayudar al cuerpo a contrarrestar algunas enfermedades y virus, pues en esos elementos que pueden ser fuertes a la hora de probar, hay bondades que repercuten directamente en el organismo.
Una de las propiedades más interesantes del jengibre es su efecto antiinflamatorio, que se ha descubierto gracias a varios estudios científicos y que aún sigue a consideración de los investigadores. Se dice que algunas personas que consumen este alimento diariamente tienen menor dolor muscular luego de entrenar y eso es por el efecto antiinflamatorio que posee.
Otra de las bondades del jengibre es que contrarresta a la perfección algunas toxinas nocivas para el cuerpo que terminan inflamando tejidos y músculos, por eso también se le atribuye su papel antiinflamatorio, tal como revela el portal Healthline.
Ahora bien, el jengibre también tiene propiedades antioxidantes que combaten las especies reactivas del oxígeno y en esencia dañan las células de todo el cuerpo. Aunque estos antioxidantes también son generados naturalmente por el mismo organismo, hay otros que se agregan por el mal estilo de vida o la mala alimentación, por eso es bueno ayudarle al cuerpo con elementos con el jengibre que los combate de forma efectiva.
Hay varias formas de consumir el jengibre, pero una de las más comunes en todo el mundo es el agua de jengibre o el también comúnmente llamado té de jengibre. Esta infusión no solo permite que la esencia de este alimento entre de una forma suave y tranquila en el organismo, haciendo más efectivo su efecto sanador.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que todo en exceso es malo y consumir jengibre en grandes cantidades por espacios de tiempo cortos también puede llegar a ser perjudicial para la salud. Aunque son escasos los efectos secundarios del consumo en gran volumen de este elemento, sí hay algunos síntomas que se pueden presentar por tomar mucho té de jengibre.
Entre acidez estomacal, gases, dolor de estómago y ardor en la boca son algunos de los síntomas que se pueden presentar por consumir mucha agua de jengibre, ya que lo penetrante de su sabor y el presentarse ante el organismo en gran cantidad, puede afectar más que todo al sistema digestivo, por eso se recomienda que la infusión no supere más de una o dos tazas al día o que no sean más de cuatro gramos de este alimento de forma diaria.
También se debe tener muy presente que el jengibre puede ser beneficioso para calmar las náuseas o los mareos en las mujeres embarazadas, sin embargo, algunas podrían tener otros efectos secundarios que es mejor evitar, pues aunque no hay estudios que digan a ciencia cierta que hay dolencias contraproducentes para aquellas personas que están en estado de gestación, es mejor evitar su consumo durante este periodo de tiempo.
Estos son los pasos que el portal Healthline publica para lograr hacer su propia agua de jengibre:
- Lavar la parte de la raíz de jengibre que se va a usar.
- Usar un rallador para rallar media cucharadita de jengibre.
- Hervir cuatro tazas de agua en la estufa o cocina.
- Agregar el jengibre una vez que el agua esté hirviendo.
- Retirar el agua de jengibre del fuego y dejar reposar el jengibre en el agua durante diez minutos.
- Colar los trozos de jengibre y desecharlos.
- Beber agua de jengibre caliente o fría.