La piel es uno de los órganos más grandes del cuerpo que, sin duda, está expuesto a enfermedades y heridas que pueden perjudicarlo. Uno de ellos son los moretones, vasos sanguíneos pequeños que se desgarran o se rompen, como consecuencia, en su mayoría, por una caída o un golpe.

El portal Kaiser Permanente, precisa que “la sangre se filtra a los tejidos que se encuentran debajo de la piel y causa el color negro azulado”. Además, cuando esto ocurre, por lo general, estos moretones, o también conocidos como contusiones, suelen cambiar de color, a negro violáceo, azul rojizo o verde amarillento, de la semana 2 a la 4, mientras sanan totalmente.

Los moretones suelen extenderse hacia la parte inferior del cuerpo, en dirección de la gravedad. Incluso, estas marcas de sangre en la piel tardan más en sanar si están en una pierna, mientras que los que aparecen en la cara o brazos no necesitan mucho tiempo de recuperación.

Pese a que estas marcas no suelen provocar preocupación mayor, pues tienden a desaparecer por sí solas, es importante tener en cuenta que uno grave puede provocar hinchazón y dolor con el paso de los 30 minutos, por lo que podría tratarse de un esguince grave o una fractura.

La piel es uno de los órganos más grandes del cuerpo. | Foto: Don Bayley

“Si se le forman moretones con facilidad, es posible que ni siquiera recuerde qué los causó. La fácil formación de moretones no significa que tenga un problema de salud grave, especialmente si el moretón es mínimo o solo aparece de vez en cuando”, señaló la fuente citada.

Causas que provocan la aparición de moretones o manchas de sangre

Muchas de las formaciones que provocan la aparición de estos moretones o manchas de sangre repentinos y de origen desconocido debajo de la piel, son:

Trombocitopenia (Imagen de referencia). | Foto: Getty Images
  • Por el consumo de medicamentos, como aspirina o anticoagulantes.
  • Infección que causa la acumulación de toxina en la sangre o en los tejidos (sepsis).
  • Trastorno de sangrado o de coagulación, como hemofilia, enfermedad de von Willebrand, trombocitopenia u otro trastorno de sangrado o de coagulación menos común.
Tener una buena coagulación es clave para evitar el desarrollo de hemorragias. | Foto: Getty Images
  • Enfermedades que afectan la coagulación, como por ejemplo inflamatorias crónicas, como lupus; enfermedad del hígado, como cirrosis, y algunos tipos de cáncer, como enfermedad de Hodgkin, leucemia o mieloma múltiple.
  • Inflamación de un vaso sanguíneo o también conocido como vasculitis.