Algunos investigadores creen que la cafeína podría bloquear una hormona que ayuda a mantener las arterias ensanchadas. Otros piensan que la cafeína provoca que las glándulas suprarrenales liberen más adrenalina, lo que causa que la presión arterial aumente.

Algunas personas que toman bebidas con cafeína de manera regular tienen la presión arterial promedio más alta que aquellas que no toman estas bebidas. Otras personas que toman bebidas con cafeína de manera regular desarrollan una tolerancia a la cafeína. Como resultado, la cafeína no tiene un efecto a largo plazo en la presión arterial.

Consumir café con el estómago vacío puede generar problemas digestivos. | Foto: Getty Images

Limitar el consumo de café

Si la persona tiene la presión arterial alta, debe preguntar a su médico si debería limitar el consumo de bebidas con cafeína o dejar de tomarlas. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los EE. UU. asegura que “400 miligramos de cafeína al día es, generalmente, una cantidad segura para la mayoría de las personas”.

“No obstante, si la persona tiene motivos para preocuparse por el efecto de la cafeína en la presión arterial, debe intentar limitar la cantidad de cafeína que bebe a 200 miligramos al día, lo que equivale aproximadamente a dos tazas de café filtrado de 8 onzas (237 mililitros). Debe recordar que la cantidad de cafeína en el café, en las bebidas energéticas y en otras bebidas varía según la marca y el método de preparación”, así lo dio a conocer la Mayo Clinic.

Además, si tiene presión arterial alta, debe evitar la cafeína justo antes de las actividades que aumentan naturalmente la presión arterial, como el ejercicio, el levantamiento de pesas o el trabajo físico intenso.

Para ver si la cafeína eleva la presión arterial, la persona debe tomarse el examen de la presión antes de tomar una taza de café u otra bebida con cafeína y volver a controlarla de 30 a 120 minutos después de tomarla. Si la presión arterial aumenta de 5 a 10 puntos, es posible que sea sensible ante los efectos de la cafeína que elevan la presión arterial. Si planea reducir el consumo de cafeína, debe hacerlo gradualmente, a lo largo de varios días a una semana para evitar dolores de cabeza por la abstinencia.

Personas con hipertensión deben limitar el consumo de café | Foto: Getty Images

Algunos expertos afirman que no existe relación

“Beber una taza de café diaria se asoció con un pequeño incremento de la presión sanguínea; sin embargo, a largo plazo este consumo no se relacionó con un aumento sustancial del riesgo de desarrollar hipertensión”, han concluido algunos expertos.

Asimismo, el portal cuidateplus.marca.com señaló que, “aunque las personas que no bebían café tenían menor riesgo de hipertensión no se detectó un incremento progresivo en este riesgo asociado a la ingesta de mayores cantidades”.

Según informó Medline Plus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados, hay muchos otros factores que pueden afectar la presión arterial, como la cantidad de agua y de sal que tiene el cuerpo de cada persona, el estado de los riñones, el sistema nervioso, los vasos sanguíneos y los niveles hormonales.

Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva y la hipertensión aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular. | Foto: Getty Images

Además, las personas son más propensas a tener la presión arterial alta a medida que envejecen, pues los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva y la hipertensión aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca, enfermedad renal o muerte prematura.

Asimismo, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que la cafeína causa un aumento corto pero drástico de la presión arterial, incluso si no se tiene presión arterial alta.

De igual forma, señaló que la causa de esta subida repentina en la presión arterial no está clara y que la respuesta de la presión arterial a la cafeína varía de una persona a otra.